Un ´paraguas´ para Langosteira

Las olas golpean el dique del puerto exterior de A Coruña durante un temporal en 2010

La licitación de una nueva obra millonaria para el puerto exterior de A Coruña en Punta Langosteira deja otra vez al descubierto la fragilidad de esta dársena artificial frente a la fuerza del océano. El último episodio de esta lucha contra la naturaleza emprendida por la Autoridad Portuaria herculina supera los 30 millones de euros y consiste en una especie de "paraguas" que tendrá como única función proteger las canalizaciones de los graneles líquidos, la principal carga que atenderá la futura rada coruñesa.

Por muy surrealista que parezca dada la sencillez de la actuación, el proyecto bautizado oficialmente como "Galería para Tuberías y Canal de Desagüe en las Nuevas Instalaciones de Punta Langosteira" se justifica en la memoria como crucial para que la terminal exterior alcance su plena operatividad. Y aunque en realidad no es más que lo que indica el título, para calibrar su importancia hay que remontarse a las conclusiones de un informe técnico realizado en 2008 encargado por el propio organismo promotor.

A través de diversos ensayos en canales de investigación extranjeros, los técnicos demostraron que los 25 metros de altura del espigón no serían suficientes para frenar el oleaje en esa zona, donde con temporales extremos supera los 18 metros de alto. Es decir, que al final el dique construido era de todo menos de "abrigo", y ahora se ven las consecuencias. Al ser rebasado por el agua del mar -como ocurre estos días-, el vial interior por donde discurren las tuberías que llevarán el crudo descargado por los petroleros acabaría inundado por completo. Esto complicaría sobremanera las operaciones sobre los buques, Además, también afectaría directamente a la durabilidad de las conducciones y aumentaría al mismo tiempo la peligrosidad de los trabajos de reparación y mantenimiento.

De ahí la última actuación impulsada por la Autoridad Portuaria. El proyecto elaborado por sus técnicos plantea una galería de 2,2 kilómetros de largo que partirá desde los puntos de atraque de los petroleros hasta la gigantesca explanada portuaria, donde se levantarán las principales edificaciones de los operadores. Esta estructura se fabricará en hormigón armado y se apoyará por un lado sobre el espaldón del dique y por otro sobre pilares circulares. En paralelo también se incluye en esta misma licitación un canal para desaguar todo el caudal que rebase del dique, con lo que ya prevén que sea importante. Y todo esto cuesta la friolera de 27,99 millones de euros, que con la aplicación del IVA superará con creces los 30. Un nuevo desembolso económico que correrá por cuenta de la Autoridad Portuaria gracias al préstamo concedido por Puertos del Estado cuando lo presidía el también coruñés, Fernando González Laxe.

Y es que el presupuesto para este puerto exterior, ubicado a 20 kilómetros de otro, el de Ferrol, parece interminable. De los 479 millones iniciales ya van gastados 789, y todo apunta a que alcanzará los 1.000 millones. De ser así quintuplicaría el coste de la nueva terminal ferrolana, y duplicaría al de la tan contestada Cidade da Cultura compostelana. Ante esta desorbitada inversión, la obra sigue generando opiniones muy divididas. Para quienes participan en su ejecución, Punta Langosteira se presentará en el futuro como un "hito de la ingeniería civil"; sus principales detractores, en cambio, hablan de derroche y avisan que la naturaleza "pasará factura". De hecho, ya lo está haciendo.