Inspectores pesqueros decomisaron ayer 70 toneladas de xarda a dos arrastreros portugueses que faenaban en aguas del Cantábrico Noroeste. Al Roaz, que tenía inscritos en el diario de pesca 2.500 kilos de esta especie, le fueron intervenidos otros 50.000 que no estaban apuntados en el documento. El Cidade de Albufeira había anotado en el registro 10.000 kilos, pero llevaba otros 20.000 más que no estaban declarados.
La intervención de pescado se produce justo en la víspera del cierre precautorio de la costera que la Secretaría General de Pesca ha fijado para el sector de arrastre -ya impuesto a cerco y artes menores- con el fin de hacer recuento y fijar el consumo de cuota que se ha hecho.
Por eso ha sentado especialmente mal al arrastre gallego, el que ha divulgado el caso, la infracción detectada a los barcos portugueses, dado que estos podrán seguir faenando, porque tienen todavía cuota, aunque no saben si porque no la han capturado o porque la no declaración de capturas es algo habitual en la decena de barcos de bandera lusa que faenan en el caladero Cantábrico Noroeste.
Sea como fuere, los arrastreros gallegos exigen que todos los que faenan en una misma zona «xoguen coas mesmas cartas», en referencia a que los portugueses no están obligados a observar el descanso semanal y pueden aprovechar todas las jornadas para dedicarse a una pesquería estacional como es la de la xarda.
Es más, según el secretario xeral de Pescagalicia, Torcuato Teixeira, que España haya acumulado dos sanciones seguidas por sobrepesca de caballa evidencia que no tiene la cuota que necesita y que el modelo que se está aplicando a esta pesquería no es útil. «Non é lóxico que os barcos galegos teñan que estar agora esquivando a xarda e tirando ao mar a que collen, cando, ademais, se está intentando eliminar os descartes», dice Teixeira.
El representante del arrastre señala que es necesario elaborar un plan de pesca específico para esta especie en el Cantábrico. Sugiere que en lugar de por cuota se haga por esfuerzo: «Que se poña un calendario de 30 ou 40 días no que se poda pescar cun tope de quilos por barco, pero sin a cuota global que fai que haxa que parar a pesquería xusto cando máis abunda o recurso».
Las autoridades francesas inspeccionaron el martes al palangrero Nathalie Chantal, con bandera gala pero de armadores de Ribeira, después de que una inspección encontrase que tenía alijadas 99 cajas de merluza -en torno a dos toneladas-, una especie para la que el barco ya había agotado 5 días antes su cupo.
El buque fue conducido a Lorient, en cuya lonja se subastaron las capturas, por valor de 8.000 euros. El copropietario del buque admitió la infracción, que achacó a un despiste del agente que les administra la cuota, al que pedirán responsabilidades.
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