El proyecto de conservación de tiburones que llevan a cabo la Asociación Chelonia, la Universidad de Marsella, el Puerto de Vigo y el Oceanográfico de Valencia, reveló que las tintoreras presentan una clara predilección por alimentarse con cefalópodos. En tanto, los marrajos tienen un menú más amplio que incluye peces, tortugas marinas y cetáceos.
El objetivo de la investigación, además de obtener información sobre la dieta y la presencia de contaminantes y parásitos en los tejidos de los animales, es buscar la forma de minimizar las capturas accidentales de tiburones.
El proyecto comenzó en marzo de 2012, con el muestreo de 40 marrajos (Isurus oxyrinchus) y 25 tintoreras (Prionace glauca) tomados en O Berbés, referente mundial de descarga de estas especies.
La investigación incluyó la toma de muestras de contenido estomacal e intestinal para realizar el análisis de dieta y parásitos, así como de tejido muscular y hepático para el examen de contaminantes.
Manuel Merchán, biólogo investigador de la asociación Chelonia, informó que los primeros resultados fueron muy satisfactorios, ya que se obtuvieron “interesantes novedades en relación a la composición de la dieta de estos animales”.
Entre marzo y octubre de 2012 se tomaron muestras de contenidos estomacales, intestinales y hepáticos de 85 marrajos y 55 tintoreras. De allí se desprendió que mientras las tintoreras presentan una marcada preferencia por los cefalópodos, los marrajos exhiben un mayor abanico de presas, sobre todo peces, pero también tortugas marinas y cetáceos.
El proceso de identificación del menú, a cargo del oceanógrafo Sebastián Bitón, no resultó sencillo: se basó en pequeños fragmentos o escamas de peces, picos córneos de cefalópodos o restos de tejidos semidigeridos, en el caso de los cetáceos y las tortugas.
En la investigación también se lograron importantes avances sobre los estudios biométricos, dado que se pudo contar con una gran variedad de tamaños para analizar.
Asimismo, como en O Berbés descargan ejemplares de diferentes zonas de pesca, fue posible establecer similitudes y diferencias basadas en medidas corporales, lo que también contribuirá a “establecer hipótesis sobre las diferencias en la dieta según zonas”, explicó Merchán.
El próximo 10 de marzo se realizará la siguiente visita de los investigadores a puerto, y allí se cerrará con éxito el primer año del proyecto.
La segunda etapa del proyecto, que se llevará a cabo entre 2013 y 2014, se centrará en el establecimiento de patrones de repulsión para diferentes especies de tiburones mediante el uso de dispositivos electromagnéticos asociados a la comida. El objetivo es crear las bases que permitan una captura selectiva en la pesquería de palangre española.
Los tiburones son considerados una de las especies más amenazadas del planeta. Por ello, para contribuir a su gestión sostenible y minimizar su captura accidental, los investigadores proponen “la aplicación de diferentes diseños experimentales en pesquerías de palangre en España, especialmente del pez espada, responsable de gran parte de las capturas de condictrios", agregó Merchán.
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