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| Pescado listo para ser envasado |
La empresa valenciana Criimpla coordina un proyecto europeo que investiga el desarrollo de envases innovadores fabricados con almidón de trigo, reciclables y biodegradables. Se prevé que estos envases provoquen un mínimo impacto ambiental y tengan un coste competitivo, para su utilización por la industria alimenticia.
Se trata del proyecto Thinfish, en el que colaboran la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas de Pescados y Mariscos (Anfaco-Cecopesca), el Centro Tecnológico del Plástico Aimplas y la firma búlgara Akumplast.
El Consorcio Tecnológico Europeo es financiado por la Agencia Ejecutiva de Competitividad e Innovación (EACI), dentro de la convocatoria Eco-Innovation, cuyo objetivo es apoyar proyectos relacionados con productos eco-innovadores, técnicas, servicios o procesos que tienen como fin la prevención o la reducción de los impactos ambientales, o contribuir al uso óptimo de los recursos, informó Anfaco.
El proyecto comenzó en septiembre de 2012. Tiene un presupuesto global de 1 millón de euros y se espera que se extienda durante 30 meses.
Los impulsores del Consorcio pretenden optimizar e industrializar una nueva tecnología de co-inyección para obtener un innovador envase para productos de la pesca fabricado con polipropileno y almidón de trigo.
En la actualidad, los envases fabricados con polipropileno y Evoh son difícilmente reciclables debido a la complejidad de separar ambos materiales.
El proyecto Thinfish prevé crear un recipiente con una estructura tipo sándwich de tres capas: dos capas exteriores de polipropileno -un plástico totalmente reciclable y que actúa como aislante ante la humedad- y una capa interior de almidón termoplástico, que garantiza una mayor duración del producto envasado.
El almidón actúa como "una barrera muy potente contra los gases, como el oxígeno, lo que evita el deterioro de los alimentos", explicó Sandra Rellán, responsable del área de I+D de Anfaco.
En un principio, el nuevo envase se utilizaría para conservar anchoas y boquerones.
Más adelante, se planea usarlo para otros productos de la pesca y acuicultura que no necesitan tratamiento térmico, como productos frescos, en salazón, marinados y ahumados.
El envase puede reciclarse después de ser usado: el almidón se disuelve en agua y el polipropileno se puede reutilizar.
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