Isidro Villalibre sacó un salmón de 11,8 kilos del Eo, del pozo Louredal, esta campaña |
Aunque la temporada de pesca no acaba oficialmente hasta el 31 de julio, en las riberas de los ríos asturianos son muchos los que ya dan prácticamente por cerrada la campaña del salmón. Desde ayer, a la pesca de estos ejemplares se aplican nuevas restricciones, que se prolongarán hasta el 15 de julio. Y de ahí al final de la temporada, sólo se podrá practicar la pesca sin muerte.
Las restricciones que entraron ayer en vigor, se temen los ribereños, harán que se reduzca notablemente la cantidad de capturas. La normativa que fijó el Gobierno del Principado para esta campaña señala que, desde ayer y hasta el 15 de julio, sólo se permitirá el uso de mosca artificial seca y la cucharilla de un solo anzuelo, en ambos casos sin arponcillo.
Es decir, se prohibe el uso de cebo natural, el que mayor predicamento encuentra en las orillas de los ríos salmoneros asturianos. La propia normativa, recogida en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA), explica que esta decisión se toma para que se puedan «devolver al río los ejemplares fuera de talla». Y es que tampoco se podrán precintar los salmones que superen los setenta centímetros de longitud. La mosca artificial, detalla la normativa, para el salmón ha de ser utilizada a la manera clásica, mediante lanzado con cola de rata.
Además de la poca afición que encuentra la mosca en los cauces salmoneros, la cuestión del tamaño de los salmones también preocupa a los pescadores. Durante lo que se lleva de campaña de pesca, la gran mayoría de los ejemplares precintados en el Principado superan los 70 centímetros. Los de menor tamaño están siendo la excepción en todos los registros que manejan en los centros de precintaje asturianos. Los que midan más de 70 centímetros tendrán que ser devueltos al agua. Para comprobar la longitud, se suele hacer una marca en la caña. Se salva de estas restricciones el Eo, río compartido con la comunidad gallega, donde se puede pescar a cebo natural y a mosca.
«Con cuentagotas». Así creen los ribereños que empezarán a salir los salmones en lo que queda de campaña. Aunque los más optimistas confían en que los añales empiecen a entrar en los ríos. Es en estas fechas cuando estos salmones pequeños, de sólo un año de mar, comienzan a llegar a las aguas fluviales del Principado. Los añales sí cumplirían con las medidas establecidas por el Gobierno regional, que recupera unas medidas que estableció en 2010 y 2011 tras la mala temporada de 2009, cuando saltaron todas las alarmas al precintarse únicamente 356 salmones. En el último día de pesca de este año 'a todos los cebos', la cifra se situaba en 727. La campaña pasada -para la que el Ejecutivo de Foro estableció una normativa mucho menos restrictiva- se echaron a tierra 1.301 ejemplares en una temporada en la que se pudo pescar con muerte y sin limitaciones de cebo desde el 18 de marzo al 31 de julio.
El año pasado, la temporada llegó al 15 de junio con 1.006 salmones pescados. Durante el periodo con limitación de cebos y tamaños, hasta el 15 de julio, se precintaron otros 38.
De momento, sí se ha constatado que son pocos los salmones pequeños que han entrado en los ríos asturianos, aunque aún queda margen para hacerlo. Los añales, que no alcanzarían los setenta centímetros, tienen un peso que ronda los dos kilos, pudiendo alcanzar los 3,5. Lo normal sería que siguieran llegando hasta el mes de agosto. Se trata, además, de la 'herencia' de las repoblaciones que se hicieron en la década de los años 80 con hueva embrionaria de importación. Ya en los 90, se prohibieron las repoblaciones con 'extranjeros' y desde entonces se hacen con alevines genéticamente 100% asturianos.
En el primer día sin todos los cebos se cumplieron los pronósticos más pesimistas. Sólo se precintaron cinco salmones, dos de ellos en el Eo, donde no se aplican esas restricciones. El Cares y el Esva se quedaron en blanco mientras que el Sella sumó uno y el Narcea, dos, los tres a mosca.
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