domingo, 16 de junio de 2013

Rebrote de marea roja afecta a bateas




El fitoplancton portador de biotoxinas ha vuelto, si es que alguna vez se había ido. Cuando los niveles de células tóxicas habían iniciado un evidente descenso, las condiciones meteorológicas y oceanográficas registradas han frenado ese positivo proceso.

Pero no solo eso, sino que se ha producido un cambio tan brusco que dichas condiciones oceanográficas propiciaron un empeoramiento tan significativo que ahora, en lugar de hablar de reducción o mantenimiento de lo que popularmente se conoce como marea roja, hay que lamentar un aumento de la misma que ha dado lugar a nuevos cierres de bateas.

En la última semana, sin ir más lejos, se ha ordenado el cierre de un decena de polígonos bateeiros -entre ellos algunos de los más importantes de Galicia-, lo cual demuestra que la mejoría experimentada la semana anterior se fue al traste.

Como siempre en estos casos hay que incidir en que se trata de episodios totalmente naturales y controlados que no tienen por qué causar problemas a la salud pública si se comercializa y adquiere el mejillón por los cauces reglamentarios.

Pero como se decía antes hay que "lamentar" este nuevo episodio tóxico, y esta vez emplear ese verbo está más justificado que cuando las células se dispararon a principios de marzo, pues por aquel entonces el molusco estaba demasiado delgado, quedaba poco producto por comercializar y era el momento de centrar la actividad en la recogida y encordado de la mejilla (cría del mejillón).

Pero ahora todo es distinto. La recolección de la semilla está más avanzada y el producto adulto empieza a "estar en carne", o lo que es lo mismo, hay polígonos, sobre todo en las zonas interiores de las rías, donde ya dispone de calidad y tamaño apropiados. Es por este motivo que algunos cocederos han iniciado ya la campaña de compra y transformación del producto, y entre ellos los hay que lo han hecho con mucha fuerza.

De ahí que en estos momentos el nuevo episodio tóxico o el rebrote del anterior -como se prefiera- puedan causar más trastornos o inconvenientes al sector.

De momento no hay motivo para la alarma, no puede hablarse de desabastecimiento del mercado, lo que de deje de vender hoy a causa de los cierres por toxinas puede venderse mañana -cuando reabran las bateas- y no hay que rasgarse las vestiduras, tal y como ayer reconocían los propios bateeiros.

Pero también es cierto que deben permanecer expectantes, y no cabe duda de que lo mejor para el sector será que los niveles de biotoxinas empiecen a reducirse cuanto antes, para que las bateas puedan estar pronto operativas y así aprovechar al máximo el verano.

Y es que a partir de ahora, a medida que aumenta el tamaño y rendimiento del producto también se intensifica la campaña de industria -con la entrada en escena de las fábricas conserveras- y se prepara la de exportación, principalmente a países como Italia y Francia.

En definitiva, que por ahora hay tranquilidad, pero el rebrote de los niveles tóxicos ya no puede tomarse tan a la ligera como antes, puesto que el momento es mucho más delicado ahora, desde el punto de vista de la comercialización.

A favor del sector juega el hecho de que la demanda sea todavía floja en esta época del año. Pero en cuanto empiece a aumentar habrá que disponer de producto suficiente para satisfacerla.

Tras las resoluciones dictadas ayer por Covadonga Salgado, la directora de Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), puede decirse que hay 22 polígonos bateeiros cerrados por la presencia de biotoxinas, lo cual significa que quedan otros 28 polígonos mejilloneros todavía disponibles y con producto apto para el consumo. El margen de maniobra es, por tanto, suficiente. Nadie sabe hasta cuándo.

Con el actual episodio tóxico puede decirse que hay zonas afectadas ya en todas las rías gallegas. En la de Ares-Betanzos se prohibe la extracción y venta de mejillón en sus dos polígonos, mientras que en la ría de Arousa, la más rica y provista de la mayor cantidad de bateas, ayer se decretó, de golpe, el cierre de los polígonos Grove C1, Grove C2 y Grove C3, mientras que permanecen operativos todos los demás.

También está cerrado el polígono de Corme-Laxe, así como dos de los cuatro existentes en Muros-Noia y los ocho de Pontevedra, que había empezado a ver la luz al final del túnel pero de nuevo se topó con un espejismo y vuelve a ser la ría más castigada por las biotoxinas. Por último, en la ría de Vigo están cerrados el Vigo A y todos los de Cangas, menos el E.

  

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