La flota del pulpo, de "peregrinación" a Santiago

Ante la falta de una solución por parte de las autoridades terrenales, la flota del pulpo la buscará en las divinas. José Manuel Rosas, patrón mayor de Bueu, anunció ayer que la veintena de cofradías que se oponen al plan de explotación del pulpo realizarán hoy peregrinajes a la catedral de Santiago.

La decisión se tomó ayer en el transcurso de una reunión de amigos que se celebró en Bueu y en la que participaron cerca de medio millar de profesionales: «Fue una concentración distendida de las gentes del mar donde todos expusieron sus inquietudes», remarcó Rosas.

El patrón mayor explicó que, tras conocer la decisión de la Subdelegación del Gobierno de retirar las autorizaciones a sus concentraciones optaron por un plan B: «Como no podemos ir a manifestarnos delante de la consellería en San Caetano, porque al parecer somos terroristas y gente de mal vivir, acordamos ir en peregrinación al Obradoiro». La intención, por lo menos en el caso de esta cofradía pontevedresa, es desplazarse en autobús hasta las inmediaciones de Compostela, para «hacer el último tramo a pie, como buenos peregrinos». La meta es hacerle llegar «una petición al Apóstol de que nos conceda la gracia que una persona de carne y hueso, como es la conselleira do Mar, no tiene a bien. Creo que va a tener bastante más sensibilidad con nosotros una talla que una persona de carne y hueso», lamentó José Manuel Rosas. En este sentido, recuerdan que solicitaron el viernes pasado una entrevista urgente con Rosa Quintana que esta ha fijado para mañana, a pesar del malestar que impera en un sector que quiere regresar al trabajo lo antes posible. Eso sí, con otras normas que les permita rentabilizar la actividad. Porque, aseguran, con la consellería ha habido reuniones, pero sí ha habido reuniones, pero no negociación para llegar a acuerdos.

Los representantes de los pósitos no descartan llevar a cabo otras medidas más contundentes. Así, Rosas aludió a que los representantes de la cofradía de Bueu podrían desplazarse con cadenas de metal, «ya que nos tratan como a perros, y encadenarnos en algún sitio en protesta».