La excepción que protagonizó el río Eo en esta campaña respecto al resto de los ríos salmoneros del Principado hizo que fuera ayer cuando se pudo cerrar definitivamente el balance de capturas de este año. Si bien el día 15 de julio se establecía únicamente la modalidad de pesca sin muerte en el resto de los ríos, el Eo, en la divisoria asturgalaica, se libraba parcialmente. Se pudo pescar en los tres lotes de Puente Nuevo.
Aún así, el balance no se movió demasiado ya que en todo este tipo sólo se echó a tierra un ejemplar, con lo que el Eo cierra su cuenta particular con 137 ejemplares. El pescador que puede presumir de llevarse el último salmón de la temporada en Asturias es Aitor Louzao Allende, de Vizcaya, quien el pasado día 19 se hacía con un ejemplar de cinco kilos en el lote 2 de Puente Nuevo.
Así, fueron precintados en el Principado 836 salmones en una campaña en la que además del 16 de junio al 14 de julio se restringieron las artes (sólo se autorizó el uso de mosca artificial seca y la cucharilla de un solo anzuelo, en ambos casos sin arponcillo) y los tamaños, debiéndose devolver al río los salmones de más de 70 centímetros. De nuevo con el Eo como excepción.
El Narcea (en el que también se cuentan los del Nalón) dio 323 ejemplares, seguido del Sella, con 248. El Cares se quedó en el centenar y del Esva se precintaron 28.
El balance general invita al optimismo en cuanto a la recuperación y futuro de la especie, dado que los pronósticos eran muy negativos, al tocar este año el retorno del ciclo de salmones de 2009, el año que presentó el peor índice de capturas de la historia. Eso sí, las sociedades de pescadores abogaban ya al termino efectivo de la campaña, a mediados de julio, por una normativa más flexible.
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