La toxina está azotando con fuerza en las rías gallegas lo cual obliga a mantener cerrados casi todos los polígonos de bateas. En consecuencia, el mejillón escasea, tanto, que en fiestas como la Romaría Vikinga de Catoira no encuentran suministro. Esta circusntancia obligó al Concello a suspender la mejillonada gratuita que tradicionalmente ofrece al terminar la escenificación del desembarco a orillas del Ulla, el próximo domingo al lado de las Torres de Oeste.
Será la primera vez en 53 años que no haya bivalvo para acompañar el vino, de modo que los asistentes deberán llevarse la comida de casa o proveerse en los puestos que se instalan en el recinto.
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