jueves, 7 de noviembre de 2013

El primer temporal del otoño deja en evidencia el puerto de Langosteira


Imagen de las olas superando el dique del puerto exterior de A Coruña, en Punta Langosteira, durante su construcción


Nuevo aviso del mar a Punta Langosteira. La boya meteorológica de Puertos del Estado ubicada cerca del puerto exterior de A Coruña registró el pasado 28 de octubre la ola más alta en lo que va de otoño en Galicia: 10,27 metros. Los ingenieros que avalaron la resistencia del dique que abriga esta multimillonaria terminal estiman que resistiría la embestida de oleajes de hasta 20 metros. Y como sostienen que semejante altura suele formarse cada 140 años, no hay nada que temer, al menos a corto plazo. El riesgo lo tienen controlado, pero los temores persisten. Son las consecuencias de construir un complejo portuario en contra de la naturaleza. Y mientras ésta avisa y da sustos incluso mortales en A Coruña, en Vigo el mismo temporal ni se siente y tampoco afecta a la operatividad de sus muelles los 365 días del año.

Solo en las proximidades de las islas Sisargas (A Coruña) y en Estaca de Bares (Lugo) las olas llegan a cotas similares a las que año tras año cercan la gigantesca explanada portuaria herculina, que roza ya los 1.000 millones de inversión y donde todavía continúan las obras a golpe de crédito y a costa de las arcas del erario público. Ni siquiera los temporales más fuertes de las Rías Baixas alcanzan la mitad de altura de los oleajes del norte. Así lo prueba otra de las boyas de Puertos del Estado, situada a varias millas de distancia de Cabo Silleiro (Baiona). La misma madrugada que Punta Langosteira batía su récord otoñal, el medidor flotante reflejó 2,6 metros de altura máxima de ola. Y no era una excepción.

 

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