El Concello de Cangas reparará, para poner en funcionamiento en la primera mitad de 2014, el sistema de desinfección terciario de la depuradora de aguas de Areamilla (EDAR). Se trata de un mecanismo de 59 lámparas ultravioleta instalado en el año 2008 para completar la depuración con la eliminación de bacterias en el agua residual. Desde entonces nunca se utilizó, pese a que la inversión de la Xunta ascendió a 800.000 euros y se enmarcó en una reforma de la EDAR con un coste total de 1,1 millones de euros y que se ejecutó tras las advertencias de la Unión Europea para sanear la ría de Vigo. El dispositivo necesita una reparación cuyo coste se estima en unos 50.000 euros. Cangas acometerá esta actuación con cargo a una parte del dinero que se recaude con la nueva tasa de prevención de la contaminación, aprobada en el pleno de este viernes y que se empezará a aplicar en 2014. Una vez que se repare la intención es que lo gestione la empresa que resulte adjudicataria del servicio del ciclo del agua, cuyas bases se están redactando.
"El gasto energético anual supera los 60.000 euros, por eso no se puso en marcha antes, como criticamos en su momento", explica el concejal de Medio Ambiente, Jesús Graña. Entonces la adjudicataria, Acciona, exigió al Concello un aumento del contrato de 64.000 euros y el ejecutivo local tripartito no aceptó la propuesta, aunque intentó sin éxito que el incremento lo asumiese la Xunta. El sistema terciario solo funcionó en pruebas. "En su momento tildé de irresponsabilidad que no se pusiera en marcha esta mejora cuando el presupuesto municipal era de 22 millones de euros", apunta Graña para explicar la decisión adoptada ahora por el gobierno local del PP.
Esta situación provocó advertencias e incluso amenazas de expedientes por parte de Augas de Galicia, que instó al Concello a poner en marcha las lámparas ultravioleta de eliminación bacteriológica en repetidas ocasiones. Y es que el organismo autonómico no exigía que se utilizase un sistema por el que pagó una elevada cantidad de dinero.
En mayo concluye el contrato con Acciona y el nuevo concurso de adjudicación de todo el ciclo del agua -abastecimiento, saneamiento y depuración- permite exigir a la futura empresa que asuma el coste energético del sistema terciario que desinfecta el agua depurada antes de enviarla al mar. Antes de ser sometida a esta radiación, el líquido pasa por unos microtamices que se utilizan para eliminar impurezas. Ahora el agua se envía al mar sin este último tratamiento.
Graña explica que las inspecciones de la Xunta ponen de manifiesto que el líquido que sale de la planta de Areamilla no cumple con los parámetros bacteriológicos, pues supera los límites recomendables. Un problema que se suma a los vertidos de agua sin depurar que se producen, sobre todo, cuando llueve con intensidad y se satura la EDAR al no existir una separación efectiva entre las aguas pluviales y fecales.
El Concello tiene que tener adjudicada la gestión del ciclo integral del agua en medio año. El anteproyecto apunta a que la empresa que la asuma se encargará de este servicio durante 24 años, con un valor máximo del canon de 4 millones de euros. La inversión que se requerirá a la empresa que resulte vencedora del concurso público superará los 2 millones de euros, entre la renovación de la red de la traída y la inversión en saneamiento y en distintas mejoras en la EDAR. La cuota de consumo fijo pasaría a los 24,72 euros al trimestre para los abonados domésticos y a los 47,76 euros para abonados no domésticos.
La intención pasa por gravar los grandes consumos en beneficio de las unidades que gastan menos agua que la media.
El edil de Medio Ambiente solicitó una entrevista con el conselleiro del ramo, Agustín Hernández, con la intención de que la Xunta financie las obras para una correcta separación de aguas pluviales y fecales. Esto, junto a la mejora del bombeo actual, debería servir para atajar un problema histórico en la villa, que son los malos olores que se generan sistemáticamente en la salida de aguas de la esquina de la Alameda Nova.
"Ya está proyectada la mejora. Si no la asume la Xunta se incluiría en las actuaciones requeridas a la empresa que gestione el ciclo del agua", concluye Graña.
En su momento Augas de Galicia amenazó con multas de hasta 3.000 euros al Concello cangués por no poner en funcionamiento el sistema de desinfección de aguas residuales.
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