jueves, 9 de enero de 2014

Los precios del pescado se disparan a causa del temporal





Los efectos de los temporales que azotan Galicia son devastadores en las zonas costeras. Pero lo son especialmente para la pesca de bajura, puesto que en muchos de los puertos no pueden salir a faenar debido al intenso oleaje y la poca o nula visibilidad con la que se encuentran cada día desde que comenzó la segunda quincena de diciembre. Más de tres semanas en las que la flota permaneció amarrada la gran mayoría del tiempo y que hace que la cantidad de producto disminuya considerablemente en las lonjas y que el poco que hay tenga precios que duplican o que, en ocasiones, triplican el precio habitual.
Este es el caso del jurel. En lonjas como la de Portonovo o Cambados, esta especie pasó de costar una media de 6 euros la caja (unos 12 o 14 kilos) a superar los 20 ó 22 euros, triplicando así su coste en los que va de 2014. "Al haber escasez es lo normal. Se nota que no pudieron salir de la forma en la que siempre se ha hecho, aunque no es exclusivo de esta especie, es algo general", explica el presidente de la Federación Provincial de Cofradías en Pontevedra, José Antonio Gómez.
La pescadilla, por su parte, pasó de costar entre 2 y 2,5 euros a alcanzar los 7 euros en Cambados y de 2 a 4 euros en Marín. Precisamente en este último pósito otras especies doblaron su precio habitual por estas fechas a causa de las tempestades. Este es el caso de la merluza, que pasó de 5 a 8 ó 9 euros; el gallo, que incrementó su coste de 4 o 5 euros a 9 o incluso 14 euros, o del rape, que alcanzó los 19 euros el kilo. "Es distinto que haya 100.000 kilos a que solo haya 1.000. El precio de todas las especies se ha duplicado por esa carencia de producto", comenta el Patrón Mayor de la Cofradía de Marín José Luis Santiago.
En Cambados, especies como la raya alcanzan precios de hasta 5 euros el kilo, superando los 2 euros de media en esta misma época el año pasado. La xouba, por su parte, se vendió ayer en este pósito a 32 euros la caja, un precio muy por encima del habitual.
Incluso la almeja, el berberecho o la navaja, de la poca flota de Cangas, Moaña o Redondela que sí pudo faenar al abrigo dentro de las rías, está triplicando su precio en los mercados al haber dificultades para salir a trabajar en condiciones normales y conseguir el producto.
Mientras, la mayoría de las embarcaciones de las flotas de bajura permanecen amarradas a la espera de que mejore el tiempo. Tan solo es posible el marisqueo a resguardo para garantizar la seguridad de los pescadores en zonas interiores de las rías.
A los que no afecta tanto es a los buques de Gran Sol y de altura, como explican desde la Cooperativa de Armadores de Vigo, en la que el 80% de la flota está trabajando.

 

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