Caudal de Ulla desbordado a su paso por Monterroso (Lugo)
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Las fuertes lluvias y vientos que dejó la borrasca Stephanie ayer en la comunidad causó inundaciones en varios puntos por la crecida de los ríos, desprendimientos y dificultades para el tráfico en zonas del interior y de montaña debido a la acumulación de nieve. Lo que más preocupa es el estado de algunos ríos y embalses porque están ya en umbrales "muy importantes", por lo que ya se hace "un seguimiento para evitar desgracias", según destacó ayer el director de la Axencia Galega de Emerxencias, Juan José Muñoz.
Las provincia más afectada fue la de Ourense, donde el río Avia está en alerta y amenaza varias zonas de Ribadavia; mientras que en A Limia quedaron cortadas carreteras y pistas agrícolas de los municipios de Xinzo, Trasmiras, Vilar de Barrio y Sandiás a consecuencia del aumento de los caudales. En A Coruña, el concello de Mazaricos se anegaron más de 49 hectáreas de cultivos debido a la apertura de la presa del Xallas.
Los embalses de la Confederación Hidrográfica Galicia-Costa están al 90% de su ocupación. Todos están "prácticamente llenos" salvo los que cuentan con "un nivel de resguardo y de amortiguación para el invierno", explicó ayer el presidente de Augas de Galicia, Francisco Menéndez, quien añadió que se trata de cifras "casi históricas".
Aunque los ríos están "altos" no lo considera algo "extraordinario". Pero desde el pasado octubre ya se han registrado más de 15 alertas por desbordamiento de ríos. Avisa de que pese a que de forma individual las precipitaciones no son tan fuertes como otros años, en la lluvia hay "un efecto acumulativo". Por eso, es posible -añade- que un temporal de poca intensidad puede tener consecuencias importantes porque "no hay capacidad de retención en el suelo" y debido a que la suma de todos los temporales continuados desde navidades "sí que provoca efectos de agregación".
En este sentido, el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, alertó ayer desde su cuenta en Twitter de que "lo peor está por llegar" y que es necesario "extremar la precaución".
Además de las complicaciones en los ríos, las nevadas en el interior provocaron retenciones de tráfico en la autovía A-52 a la altura de Vilavella (Ourense) y en la carretera autonómica OU-533 a la altura del municipio ourensano de Covelo.
Por otra parte, la arena y el intenso oleaje se tragaron ayer el paseo marítimo de A Lanzada (Pontevedra) y el sendero de madera está destrozado en las zonas próximas al agua. Y una veintena de patrones de A Illa de Arousa llevaron ayer sus embarcaciones al muelle de Vilanova buscando mayor seguridad.
La previsión era que Stephanie se mostrara esta madrugada en toda su intensidad, dado que se esperaban vientos que superaran los 100 kilómetros por hora. La alerta naranja por olas entre los cinco y los siete metros, se mantendrá en todo el litoral gallego en una jornada en la que remitirán las lluvias, sobre todo a partir del mediodía a medida que el frente se debilite y se aleje de la comunidad. Pero la cota de nieve bajará hasta los 600 metros, por lo que habrá alerta amarilla por acumulación de nieve de más de cinco centímetros en Lugo y Ourense. Los termómetros bajarán y dejarán heladas en las montañas del interior.
Los temporales protagonizarán la meteorología una semana más, aunque se alternarán con periodos de mejoría transitorios, ya que las borrascas atlánticas cruzarán rápido la comunidad y dejarán a su paso vientos intensos, fuerte oleaje en la costa y precipitaciones que en algunas jornadas pueden ser en forma de tormentas o de nieve en las cotas altas.
Las olas se llevaron desde que arrancó el año la vida de cuatro personas que paseaban por la orilla del mar. Por eso, la Xunta analiza la Ley de Emergencias y la ampliará para "tipificar" y que quede claro cuáles son las acciones negligentes o imprudentes susceptibles de sanción con el objeto de "salvar vidas y evitar más tragedias de este tipo".
Fuente: Faro de Vigo
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