lunes, 3 de febrero de 2014

El temporal de olas destroza varios tramos del paseo marítimo en Riazor y Orillamar






El temporal Nadja, que había amenazado en la tarde del sábado la costa coruñesa se mostró con toda su virulencia durante la madrugada del domingo, en la que se llevó por delante tramos del paseo marítimo en Riazor y Veramar, y además causó serios daños en Adormideras, las Esclavas, el Aquarium Finisterrae, la discoteca Moon y el Playa Club. En la tarde de ayer la nueva pleamar volvió a hacer llegar las olas hasta las aceras del paseo marítimo, aunque sin causar más problemas.
La Dirección Xeral de Emerxencias e Interior mantiene para hoy la alerta naranja por temporal en el mar, con olas que podrán alcanzar los 8 metros. El viento soplará del Suroeste y cambiará a Noroeste con fuerza ocho, alcanzando fuerza nueve en algunos momentos.
Los problemas comenzaron a las 04.30 horas de ayer, cuando la pleamar hizo llegar las olas hasta la glorieta de las Catalinas, donde incluso aparecieron peces muertos a causa del impacto contra el paseo. La Policía Local procedió a cortar el tráfico entre Rúa Alta y la plaza de Portugal, ya que la calzada se inundaba y al retirarse el agua quedaba cubierta de arena. La sucesión de olas de gran tamaño hizo caer casi toda la balaustrada existente entre la calle Pondal y la Coraza, que precisamente iba a ser derribada próximamente con la reforma del paseo, por lo que no será repuesta.



Farolas, bancos y el interior del Playa Club también fueron afectados por las olas. La discoteca había abierto al público, pero tuvo que ser desalojada de madrugada para evitar poner en peligro a la clientela, lo que evitó que resultara dañada, ya que finalmente el agua derribó las puertas e inundó el local, donde llegó a alcanzar los dos metros de altura, por lo que la planta baja quedó llena de arena y rocas.
También generaron cuantiosos destrozos las olas en el tramo situado tras el colegio de las Esclavas, donde desplazaron rocas de dos toneladas de peso, además de bancos y farolas, al tiempo que levantó el asfalto. La discoteca Moon, situada en esta zona, sufrió importantes daños en su terraza, donde el mar destrozó las mamparas que la protegían del viento. En el Matadero y el Orzán los embates del mar dañaron el mobiliario urbano y los accesos a ambas playas, mientras que en el Millennium, de cuyos bajos habían sido desalojados los indigentes que suelen dormir allí, desplazó los bancos del paseo.




El oleaje tampoco se contuvo en Orillamar pese a la distancia del paseo con el mar, ya que las olas superaron la altura existente y rompieron un tramo de 50 metros de la balaustrada que apareció sobre la calzada, por lo que también aquí fue necesario impedir el paso de vehículos desde el Oceanográfico hasta el desvío a Adormideras. En este último barrio el mar dio una desagradable sorpresa a quienes habían estacionado sus coches al pie del paseo y frente a la playa de San Amaro, ya que fueron empujados junto con los bancos hacia el otro lado de la calle, donde las olas superaron el muro del paseo e inundaron toda la calzada, por lo que los vecinos tuvieron dificultades para salir de sus edificios a primera hora de la mañana. En la playa, el oleaje desplazó grandes rocas y dañó también el entablado del cargadero situado frente al Club del Mar.
En el Aquarium Finisterrae los daños se produjeron en la cafetería y las oficinas por la entrada de agua, lo que obligó a cerrar el complejo al público durante la jornada de ayer, también por precaución ante la continuidad del fuerte oleaje.




El dispositivo que había puesto en marcha el Ayuntamiento desde primera hora de la tarde del sábado facilitó una rápida intervención para reparar los destrozos, por lo que a primera hora de la mañana había ya medio centenar de personas trabajando en la retirada de cascotes, arena y mobiliario destrozado. El tráfico se reabrió a lo largo de la mañana, pero por la tarde fue necesario volver a cortarlo a las 17.15 horas a la altura del hotel Riazor en dirección hacia el estadio, ya que las olas llegaban ya al paseo. Tres cuartos de hora más tarde, cuando casi se alcanzaba la pleamar, hubo que desviar la circulación en la plaza de Portugal en sentido hacia Monte Alto porque el oleaje también llegaba allí hasta el paseo peatonal, aunque sin causar daños.
Varias playas de Arteixo y Oleiros amanecieron ayer con aspecto de paisaje después de la batalla, con casetas aniquiladas, paseos marítimos pulverizados, barcas machadas y calles atestadas de arena. Las olas se llevaron la caseta de madera de los socorristas en Valcobo y arrasaron con toda la zona verde y el paseo marítimo además de llevarse por delante los baños. Sobre la arena de la playa podían verse hasta tuberías, además de una papilla de tablas, maderos, neumáticos y algas.




Lo mismo ocurrió en el arenal pequeño, Valcobiño: de la caseta de Protección Civil no quedó ni rastro. El oleaje además arrolló las duchas y parte del paseo marítimo. Hasta aparecieron grandes rocas en medio de la carretera. Camiones y vehículos con pluma ya estaban ayer a primera hora de la mañana retirando los restos de estos arenales arteixáns, donde también resultaron dañada una parte de la pasarela de madera de Barrañán y de O Reiro.
En Oleiros las playas más afectadas fueron las de Bastiagueiro y Mera. En la primera el paseo marítimo quedó totalmente devastado. Trozos de la pasarela aparecieron en medio de la playa y otros en plena calle, después de que las olas llegasen varios metros arriba de la Rúa das Anguías. Toda esta vía estaba llena de arena, algas, maderas y hasta el váter portátil de la playa se desplazó unos veinte metros calle arriba.




En Mera el mar rompió el paseo de madera, atravesó la calle principal y dejó un mar de arena, algas, redes y hasta neumáticos sobre la calzada. Las barcas que habitualmente amarran los vecinos en el arenal también sufrieron importantes daños. El Grupo Municipal de Emergencias y Protección Civil de Oleiros y la Policía Local acudieron a primera hora para limpiar la calle para que pudiesen circular los vehículos y retiraron todos los obstáculos.
En Bergondo el temporal también rompió la parte final del paseo de madera de Gandarío y tumbó un muro de hormigón y las duchas. La carretera de la playa estuvo cortada desde el día anterior.

Fuente: La Opinión Coruña

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