lunes, 3 de marzo de 2014

Convertir a la trucha en la estrella de la pesca fluvial en España






«Los ecosistemas fluviales sufren los efectos del progreso incontrolado. Y, en muchos casos, también son víctimas del afán de la Administración por el desarrollo de infraestructuras y obras de ingeniería que carecen de estudios de impacto ambiental adecuados», explica Raúl Gutiérrez, técnico de la Red Estatal de Desarrollo Rural (REDER).

Durante 2014, REDER tratará de modificar la imagen que de los ríos Tera y Tormes tienen los habitantes de 18 municipios de Zamora y Ávila de especial interés, dado que se ubican dentro de la Red Natura 2000 y porque en sus aguas se pueden encontrar poblaciones de trucha común de una elevada pureza genética, pues no llegaron a reintroducirse en ellas, allá por los años 80 del siglo pasado, variedades centroeuropeas. «Queremos convertir a la trucha común en el salmónido estrella en la práctica de pesca fluvial sin muerte en España», explica Gutiérrez.

REDER busca a emprendedores que apuesten por planteamientos económicos sostenibles (restaurantes cuyos menús incorporen productos locales o alojamientos que oferten actividades vinculadas al río, por ejemplo); así como a voluntarios que colaboren en el análisis continuo y científico del agua. El objetivo es mejorar el hábitat y el entorno de peces y personas.

La trucha común siempre ha sido la especie fluvial más demandada en España: hace años para el consumo y hoy por la pesca deportiva. «Su dificultad de captura, su lucha y las diferentes modalidades para su pesca otorgan grandes satisfacciones a los pescadores», asegura Gutiérrez. Sin embargo, el número de truchas y aficionados está descendiendo. Las causas, entre otras, guardan relación, según el técnico de REDER, con las modificaciones de cauces, las presas infranqueables que impiden sus desplazamientos, los dragados, los vertidos incontrolados o las carencias en la depuración.

«Los ríos tradicionalmente han sido usados como vertederos; hecho que ha derivado en que muchos de ellos se encuentren llenos de residuos. Nuestra experiencia nos dice que existe una relación directa entre los habitantes de un lugar y el grado de deterioro de su río o ribera. No obstante, no siempre ocurre así; depende del grado de sensibilización reinante en cada sitio», comenta Virginia Fuentes, coordinadora del proyecto de la Fundación Oxígeno «CSI RÍOS», orientado a la conservación social y la investigación. Se llevará a cabo en 40 localidades de las provincias de Burgos, Soria, Valladolid, Segovia, Palencia, Álava y La Rioja desde el 1 de marzo y hasta el 1 de octubre de 2014.

«Durante los dos primeros meses recorreremos los ríos y riberas de las Confederaciones Hidrográficas del Duero y del Ebro para identificar aquellas zonas que requieren actuaciones de voluntariado ambiental», continúa Fuentes. Limpiarán cauces; mejorarán la conectividad ecológica de los hábitats ligados al agua dulce; plantarán sauces, fresnos y arces; construirán comederos y cajas nido para petirrojos, carboneros y herrerillos, así como charcas y rampas para que los anfibios y reptiles puedan acceder a pilones y abrevaderos; combatirán especies vegetales invasoras; o realizarán encuestas para constatar si las personas emplean de forma racional el agua.

Tanto REDER como la Fundación Oxígeno fueron dos de los 121 proyectos beneficiados por la convocatoria de ayudas para la realización de acciones relacionadas con la biodiversidad, el cambio climático y la calidad ambiental en el ejercicio 2013 lanzadas por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Fundación Biodiversidad y dotadas con más de cuatro millones de euros.


Fuente: ABC

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