Lo decía un subastador de la lonja de A Coruña nada más acabar de pasar el tren de temporales que por fin permitió que se llenaran de nuevo de pescado las salas del Muro: «Hay merluza, merluza y más merluza». Que la especie abunda ya no escapa ni a los científicos, que hasta no hace tanto lo ponían en duda.
Esa copiosidad en los caladeros tiene su reflejo en la actividad de las lonjas. Tradicionalmente esta ya era la especie más rentable de las rulas gallegas, y desde el 2008 se lleva la palma también en cuanto a volumen de descargas. Pero el año pasado incrementó aún más su peso en el balance anual, dado que su comercialización supuso el 23,5 % de los ingresos, casi un cuarto de la facturación, por venta de pescado en fresco en los 62 recintos de subastas que hay en Galicia.
La facturación por venta de merluza rozó en el 2013 los cien millones. Se quedó a las puertas: 97.108.831,15 euros. La cifra es más importante si se tiene en cuenta que es casi el doble de lo que se ingresó por la especie dos años antes, en el 2011: 54 millones de euros. Claro que, entonces, la cuota de la que disponía España era mucho menor y se subastó en las rulas menos cantidad (19.000 toneladas frente a las más de 24.000 del 2013).
En el aspecto positivo también está el incremento en el precio medio de la especie, que se ha ido elevando a pesar del aumento en las descargas: de los 2,88 euros de media del 2011, se ha pasado a los 3,99 del año pasado.
La merluza tiene sus templos. Y los principales están en A Mariña. Burela y Celeiro son las lonjas que más toneladas despacharon y las que mayores ingresos recibieron por ese concepto el año pasado: 32 millones en Celeiro y 36,5 en Burela, donde, además, se consiguió el mejor precio medio de venta: a 4,71 euros por kilo. Les siguen A Coruña, Vigo y Ribeira, por ese orden.
El rentable rape. No está entre las cinco primeras especies por volumen de descargas en los puertos gallegos. Sin embargo, se cuela en el podio si se habla en términos de valor. Dista mucho de las esferas en las que se mueve la merluza, pero reporta a las lonjas gallegas 34,6 millones de euros, en continuo aumento desde el 2011. El precio medio el año pasado quedó establecido en 5,7 euros el kilo y ha hecho de Vigo la capital de su venta. A Coruña le sigue a muy larga distancia. El rape tiene una prima, llamada juliana, o rape negro, que bien podría complementar las cifras de aquella especie. Sus cantidades en kilos son mucho más modestas, como lo son también las que factura: poco menos de tres millones de euros. Y uno solo casi se factura en Celeiro.
Rapante en el norte, meiga en el sur. En el 2013 también hizo podio un pez plano: el gallo. El que se llama rapante en el sur de Galicia y al que en el norte conocen por meiga recuperó el fuelle que había perdido y el ejercicio pasado reportó 30,8 millones de euros a la pesca gallega. El sprint, sin embargo, no fue suficiente para volver a ocupar el segundo lugar por facturación que tenía en el 2011. Vigo es, de nuevo, catedral para una especie que viene, en su mayor parte, de los caladeros de Gran Sol y que, en esa área tiene, incluso, una etiqueta propia: la del Gallo Supreme.
Por cantidad y por precio. El jurel es una de las especies fundamentales de las lonjas gallegas. Ocupa el cuarto lugar del ránking por facturación, pero se habla de tú a tú con la merluza en cuestión de toneladas descargadas: casi 24.000 el año pasado. Recuperó el segundo puesto por volumen subastado, cetro que arrebató a la xarda. Se vendió jurel por 20 millones de euros. De esa cantidad, 6,3 millones los ingresó la lonja de A Coruña, donde concentra sus ventas el cerco de todo el norte de la provincia. Ribeira, con ventas por casi 4 millones de euros, es la segunda plaza en importancia. La potencia de la especie en descargas pierde fuelle por el escaso precio medio. El año pasado fue de 83 céntimos el kilo, frente al euro de media que se pagó en el 2012. En el presente ejercicio, sin embargo, su cotización se ha disparado y el precio medio que arroja su venta se sitúa en 2,75 euros. La cantidad es más espectacular, si cabe, si se tiene en cuenta que en el mismo período del 2013, ese parámetro era de 96 céntimos.
El pulpo, en horas bajas. Una especie vital para la flota gallega no está en su mejor momento. El año pasado se dejó superar por la almeja babosa, por el bonito y hasta por el lirio. Los ingresos por su comercialización no fueron nada desdeñables: 8,8 millones de euros, pero están muy por debajo de los 20 millones que facturó hace apenas dos ejercicios, en el 2011. Un año después, la facturación bajó a 13 millones y en el 2013 cayó otro tercio.
La almeja fina, la primera. Encontrar algo que no sea un pez en el ránking de las diez primeras especies de las lonjas gallegas es difícil. Se cuela la almeja fina, pero lo hace en el quinto puesto, con ingresos por valor de 13,3 millones de euros. Y la palma se la lleva O Grove, que vende producto por 2,2 millones.
Buena costera. El hecho de que en el decálogo de las especies más rentables de las lonjas gallegas se haya colado el bonito del norte da una idea de lo buena que fue la costera del 2013. Se vendió producto por valor de 10,8 millones de euros, tras un desembarco de 2.736 toneladas, sobre todo, en Burela y Celeiro.
Fuente: La Voz de Galicia
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