La del río
Esva fue la cuenca que más se hizo esperar. El campanu se precintó a las cinco
y veinte de la tarde por el pescador de Pola de Siero Adrián García. El pez
pesó 5,5 kilos y se echó a tierra en el pozo Piedra Blanca.
Los
pescadores mostraron ayer satisfechos con el inicio de la temporada de salmón
con muerte. Israel Curiel y su hijo, Mariano Curiel, fueron dos de los
afortunados. A las once de la mañana tenían su propio campanu, pescado en el
río Narcea. "Los ríos están perfectos para pescar. Tienen el caudal justo
y el agua clara", indicó Israel. La opinión era similar en otras cuencas.
En el Eo, el ganchero José Pérez Molejón, "Pepe el barbas", con
décadas de experiencia, indicó que las condiciones "son casi óptimas, solo
falta un poco más de agua para que sean perfectas".
La temporada
del salmón promete. El Principado cree que las políticas restrictivas están
dando sus frutos. Los ribereños, que las condiciones de los ríos son mejores de
lo habitual y que la veda se abre "casi en mayo", como indicó José
Pérez Molejón.
Lo que va a
menos es el valor del campanu de Asturias. Este año, el primero de los ríos
asturianos se compró por 5.500 euros, 1.200 euros menos que el primero de la
temporada pasada, subastado en Cangas de Onís por 6.700 euros. Tampoco el
campanu del Narcea logró superar en esta decimoquinta edición de la feria del salmón
el precio de 2013. El ejemplar se vendió por 3.500 euros frente a los 4.000 que
alcanzó en 2013.
En los
últimos años ha habido ediciones señaladas, una por el valor del pez y otra por
la llamada los que muchos ribereños consideran "picaresca" en un momento
de crisis económica. En el año 2007, el restaurante "As Picas" del
Casino de Asturias de Gijón pagó 18.000 euros por el campanu. En el año 2011,
se subastó un ejemplar "falso", según la última sentencia del caso.
El pescador Alberto Álvarez Rubio fue condenado a un año de prisión por estafa
y a devolver los 6.000 euros que logró en la subasta por el pez. El ribereño no
irá a la cárcel por carecer de antecedentes penales.
Fuente: La
Nueva España
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