El
presidente del club La Socala, Gil Ramón Rico, denunció ayer la presencia de más
piedras de lo habitual en uno de los pozos pesqueros más importantes de la
cuenca del Esva -el de Piedra Blanca-, por causas que no cree naturales.
"Pensamos que alguien hizo algo feo. El río no estaba en estas condiciones
estos días", explicó. Si hay más piedras, el salmón puede esconderse con
más facilidad, según indicó. "Esta situación perjudica a la pesca en
general y a nosotros en particular, por eso creemos que esto es algo
premeditado", añadió.
Finalmente,
el campanu se pescó pasadas las cinco de la tarde, una hora tardía si se tienen
en cuenta los horarios del resto de cuencas salmoneras, donde los primeros
ejemplares de la temporada se echaron a tierra casi al alba. A las ocho de la
mañana, el Cares, el Narcea, el Sella y el Eo (el último con defectos formales)
ya tenían su pez. "Creemos que no es una casualidad", indicó Rico.
Los guardas se desmarcaron de la opinión del club. Sí confirmaron que los
pescadores tenían esta apreciación, pero también que "no hay
alteraciones" significativas en el Esva.
El río no
dejó más salmones en el primer día de pesca con muerte. Fue el único de los
salmoneros asturianos que se tuvo que conformar con un solo pez en una jornada
de especial participación. Se estima que centenares de pescadores de Asturias y
foráneos acudieron ayer a la apertura de la pesca con muerte del salmón. La
temporada de pesca de este ejemplar se cierra el 31 julio. El cupo es de cuatro
salmones. Este año, la talla mínima es de 45 centímetros. La Consejería de
Agroganadería permite pescar salmón sin muerte desde el tercer domingo de
marzo.
Fuente: La
Nueva España
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