Mapa del
Intecmar que muestra los polígonos abiertos (azul) y cerrados (rojo) en Arousa
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El sector
bateeiro gallego padeció en 2013 uno de los peores años de su historia a causa
de la presencia de células tóxicas. Y 2014 parece seguir por los mismos
derroteros, después de que a finales de marzo reaparecieran las biotoxinas del
género lipofílico -principalmente diarreicas (DSP)- para obligar a cerrar
paulatinamente la mayor parte de las bateas de mejillón de Galicia. Pero lo
peor es que ahora también entra en escena la toxina amnésica (ASP), por lo que
todo parece indicar que lejos de mejorar, la situación empeora por momentos.
Hay que
aclarar que la diarreica es la toxina más frecuente, pero también la que va y
viene con mayor facilidad, es decir, la que puede desaparecer más rápido de las
aguas para así permitir la pronta reapertura de la actividad extractiva.
En rojo, las
zonas productoras de infaunales cerrada en las rías de Vigo, Pontevedra y
Arousa
Lo que
sucede es que la amnésica llega menos a las rías gallegas, pero cuando lo hace
suele ser para quedarse más tiempo, de ahí que entre los bateeiros se escuchen
ya las voces de aquellos que temen que el actual episodio tóxico pueda
prolongarse al menos un par de meses más, y eso sí resultaría muy preocupante.
Conviene
precisar que la actual época del año no es la más propicia para la
comercialización del mejillón; siempre es mejor -o menos malo- que los cierres
se produzcan en primavera que en otoño. De ahí que las prohibiciones de
extracción actuales a causa de la popularmente conocida como "marea
roja" no constituyan todavía una "tragedia".
Aún así, los
daños o perjuicios empiezan a notarse, el desabastecimiento de los mercados ya
es evidente, los cocederos están cerrados, las conserveras funcionan "a
medio gas" y los bateeiros permanecen de brazos cruzados y se entretienen
recolectando mejilla para preparar la siguiente campaña o bien reparando sus
viveros flotantes o sus embarcaciones auxiliares.
Los datos
hablan por sí solos. Actualmente están cerrados 45 de los 50 polígonos
mejilloneros existentes en las rías gallegas. Y si ese 90% de cierre es
significativo, no menos llamativo resulta el hecho de que estén inoperativas
también el 50% de las zonas productoras de infaunales, es decir, los bancos
marisqueros de los que se extraen especies que viven enterradas en el sustrato,
como la almeja, berberecho, navaja o longueirón.
En el primer
caso, el de los moluscos bivalvos cultivados en viveros flotantes, hay que
destacar que el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino
(Intecmar) detectó la presencia de ASP en los polígonos arousanos Pobra H, que
estaba cerrado ya desde abril a causa de la DSP, Pobra E y Pobra G. Por esta
razón se decretó su cierre, de tal modo que en la ría de Arousa ya solo quedan
abiertos en la actualidad cuatro de sus 22 polígonos (2.200 bateas). Esto es
tanto como decir que el sector solo puede extraer y comercializar mejillón -de
momento- en los Pobra A, Vilagarcía A, Vilagarcía B y Cambados A2.
Las
biotoxinas mantienen cerrados todos los polígonos de Vigo y Pontevedra
También está
abierto, y de este modo se completa la lista de cinco polígonos actualmente
disponibles en Galicia, el Sada B, en la ría de Ares-Betanzos, donde el Sada A
está cerrado.
Como lo
están, hay que insistir, todos los demás, siendo especialmente llamativa la
situación en la ría de Pontevedra, con sus ocho polígonos clausurados (346
bateas) a causa de las biotoxinas prácticamente desde finales de marzo.
En la ría de
Vigo (478 bateas) también está prohibida la extracción de mejillón en sus doce
polígonos de mejillón, al igual que sucede con los cuatro de Muros-Noia (118
bateas), con el de Corme-Laxe y con el polígono de Baiona.
Como se
explicaba anteriormente el cultivo en viveros flotantes no es el único afectado
por el episodio tóxico, ni mucho menos por la aparición de la ASP. El Intecmar
también decretó el cierre por este motivo en la Zona II de la ría de Arousa,
que se suma la Zona I y deja inactivos todos los bancos marisqueros existentes
en la boca de la ría, desde Ribeira hasta O Grove y entre esas dos localidades
y A Illa.
En la ría
arousana quedan otras cinco zonas marisqueras disponibles, mientras que en la
ría de Pontevedra hay cuatro cerradas y una abierta. En la de Vigo son dos los
bancos clausurados por presencia de biotoxinas, por lo que quedan otros tres a
disposición del sector.
En el resto
de Galicia hay que aludir a otras zonas de infaunales que están cerradas, como
las de Muros-Noia (2), Corcubión, Camariñas, Corme-Laxe, O Burgo-Baldaio,
Cedeira, Vicedo-Barqueiro y Viveiro-Celeiro.
Fuente: Faro
de Vigo
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