jueves, 21 de agosto de 2014
El turismo dispara los precios del pescado fino de la Costa da Morte
En las lonjas de la Costa da Morte no recuerdan precios tan buenos ni en Navidad. El pescado estrella está siendo la merluza, anormalmente cara, además de otras especies finas como el rodaballo o el lenguado, que han doblado su cotización habitual. No hay grandes cantidades, pero a poco que acompañe la suerte, una tripulación puede hacer un buen jornal a cuenta de la alta demanda por parte de los turistas.
En Laxe, el responsable de la lonja considera que «ía sendo hora» de que las cotizaciones se recuperaran. Llamativo es el caso de la merluza que hace apenas unos meses iba bastante barata y que ahora tienen un valor más que razonable. No baja de los 4 euros, el doble de lo normal, puesto que las pescadillas más pequeñas, que son las que tienen menor valor comercial, suelen pagarse a 4. En la rula laxense los mejores ejemplares, de más de dos kilos, llegaron a los 7,5 euros, pero en Fisterra los hubo de hasta 8 euros, lo que da un respiro a la flota de bajura, atenazada por la falta de pulpo y por el cierre de las pesquerías del rape y la juliana.
Caso aparte es el del rodaballo, que suele tener un precio caro, pero que ahora está prohibitivo. En Fisterra llegó a los 35 euros, lo que en el mercado se traduce en más de 45 euros, aunque al de Carballo ni siquiera ha llegado.
La mayor parte del pescado fino que se vende en las lonjas estos días tiene como destino los restaurantes de la Costa da Morte o los de A Coruña.
En Malpica también están satisfechos. Reconocen en la cofradía que las capturas son bastante escasas, pero también están sorprendidos con las cotizaciones de la pescadilla, cuyo precio medio es de 4,75 euros. Con la merluza hubo palabras mayores, puesto que llegó a los 8,5 euros. Lo más llamativo es que la más barata no bajó de los 4,60.
Otro dato curioso es el de la faneca, que no es un pescado caro en absoluto. En la rula malpicana llegó hasta los 4,5 euros, más del doble de lo normal, pero lo más raro es que las peores partidas se pagaron a 3,8 euros. En Laxe, el responsable de la lonja reconoce que no entiende el mercado de la faneca. El motivo por el que ahora se dispara el precio de una especie tan humilde es un misterio, sobre todo porque otros pescados similares van mucho más baratos. Es el caso del jurel de tamaño medio que a duras penas pasa del euro, cuando lo corriente es que esté a 4.
La explicación podría estar en que ha caído la demanda y que la hostelería reclama pescados de más calidad. Es el caso de la robaliza, que mantiene su precio habitual, en torno a los 20 euros, o al lenguado, que sí es más reclamado y que en Fisterra se pagó a 26 euros.
La incidencia del turismo en la valoración del marisco es más difícil de realizar, puesto que la mayoría del que se captura en la zona se comercializa en el Muro de A Coruña. Sin embargo, en Malpica vendieron percebes a 30 euros como precio medio, lo que es bastante porque se trataba de ejemplares capturados por mariscadores de a pie, por los que se suele pagar menos. En Corme también estaban satisfechos con el dinero obtenido por los crustáceos, que llegaron a los 80 euros, más de lo que consiguieron en Navidad.
Fuente: La Voz de Galicia
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