Galicia se prepara para contener el ébola por mar. Sanidad
Exterior, dependiente del ministerio de Ana Mato, mantiene activado desde el
pasado mes de julio el protocolo para prevenir la entrada de contagiados por la
enfermedad en los puertos de Vigo y San Cibrao (Lugo), los únicos de Galicia
que reciben o envían mercancía a los países africanos afectados por la fiebre
hemorrágica. Hasta el momento no se ha detectado ninguna incidencia, a
diferencia de lo ocurrido en Valencia, donde se atendieron a dos posibles casos
que finalmente se descartaron. En total, en toda España se examinaron a algo
más de 400 buques.
El protocolo obliga a los capitanes de los mercantes a
comunicar a la autoridad portuaria, antes de su entrada en los muelles, el
estado de salud de sus tripulantes, se hayan detectado o no incidencias durante
la travesía. En tierra, si se registrara alguna emergencia, también se
activaría el protocolo para el traslado de los afectados al centro de
referencia, en este caso el hospital Meixoeiro de Vigo.
Tanto en un puerto como en otro, el personal dispone de los
equipos de protección individual preceptivos para tratar con los afectados,
medida que en el caso de San Cibrao también se ha hecho extensible a los
trabajadores de la planta de alúmina de Alcoa, prendas que ha adquirido la
propia empresa.
De hecho, la firma ha reforzado por su cuenta las medidas de
seguridad para evitar la llegada de infectados por ébola a Galicia. El control,
según acaba de comunicar al comité de empresa, lo inicia en la propia mina de
bauxita de Guinea-Conakry, el material que importa para su fábrica en Lugo. En
el yacimiento, que está situado a 700 kilómetros del lugar más cercano donde se
han registrado casos de ébola, se ha establecido un perímetro de seguridad, y
tanto los trabajadores como sus familias se someten a un período de cuarentena
si salen de él y regresan luego.
En otro escenario, la tripulación que carga la mercancía con
destino a Galicia no puede salir del barco, a excepción de dos personas que
también son controladas. Antes de partir del puerto guineano el capitán envía
un informe sobre el estado de salud de su tripulación, proceso que se repite a
mitad de travesía y antes de entrar en el muelle de San Cibrao. El viaje suele
durar siete días y los cargamentos de bauxita llegan a Galicia con una
periodicidad de un mes.
«La empresa atendió a lo que pedimos y también nos va a dar
charlas a los trabajadores sobre el ébola, con lo que estamos más tranquilos»,
explica el presidente del comité de trabajadores, José Luis Combarro.
Fuentes de la empresa productora de aluminio también
resaltaron que «aquí seguimos el protocolo del ministerio con extremo rigor»,
un pronunciamiento similar al que realizaron desde la Autoridad Portuaria de
Vigo.
Fuente: La Voz de Galicia
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