sábado, 23 de mayo de 2015
Una gran pecera llamada embalse de Meicende
No se engañen, en el embalse de Meicende no habita ningún cocodrilo, a pesar de que esta leyenda urbana sigue vigente en los chascarrillos de los residentes del núcleo. Pero sí hay tortugas, peces de colores y otras especies que han sido abandonadas en la zona y que campan a sus anchas ante la ausencia de depredadores naturales.
Los galápagos ya alcanzan unos 30 centímetros de largo: «La gente los fue soltando y crecen porque además los que van a pasear a la zona también les da de comer. Las tortugas incluso salen a la orilla a por comida, es el hábitat perfecto para estas especies», comentaban ayer desde el departamento de Medio Ambiente, del Concello de Arteixo, que destaca también el hecho de que en la embalse no se registran vertidos. «Es un embalse de aprovisionamiento de agua y da servicio a Alcoa. A pesar de que tiene una finalidad industrial, el agua está en buenas condiciones», indica la concejalía de Medio Ambiente.
Otra de las especies que se deja ver con cierta facilidad es la focha común, también conocida como galiñola negra. Un ave acuática que ha visto mermada su población en los humedales de Galicia. Tanto es así que la Asociación Galega de Ornitoloxía la nombró en el 2014 ave del año y ve necesario establecer un plan de conservación para esta especie. La focha común tiene, curiosamente, en Arteixo su principal bastión, sobre todo, en el embalse de Rexedoiro y en el de Meicende también es fácil verla.
Fuente: La Voz de Galicia
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