La
Consellería de Medio Ambiente ha adjudicado a la empresa Copcisa S. A. las
obras de eliminación de obstáculos en la cuenca del río Ulla con el objetivo de
favorecer la recuperación de las poblaciones de náyade o mejillón de río
(Margaritifera Margaritifera) y del desmán ibérico o topillo de río (Galemys
Pyrenaicus). El coste total de las obras -contempladas dentro del proyecto
Life+Margal Ulla- ascenderá a 171.772 euros. Serán cofinanciadas por la Unión
Europea en un 49,39 % a través del programa Life+. El resto de los fondos serán
aportados por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras.
En las
comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, el proyecto contempla la
demolición de diez presas de viejos molinos en desuso. Las presas -también
denominadas tostas en algunas zonas- son pequeños muros de contención que
retienen el agua del río para dar servicio a los molinos. No obstante, las
estructuras que se derribarán corresponden todas ellas a molinos que en la
actualidad carecen de concesiones de agua, bien porque no se tramitaron nunca o
porque no fueron renovadas.
En concreto,
en el Concello de A Estrada está previsto eliminar tres presas en el río Oca y
una en el Liñares. En Silleda se eliminarán dos en el río Deza, en la parroquia
de Cira. Se trata de la Tosta de Martínez -el punto que marca el límite
superior del actual coto de pesca sin muerte habilitado en la zona- y de la
Tosta de García, en una zona libre situada aguas arriba.
Asimismo, en
la zona alta del río Ulla se demolerá una presa de molino en la parroquia de
Galegos, en Agolada. Por último, en el río Arnego se derribarán dos: una de un
molino en Ponte Carmoega (Agolada) y otra de uno en Tuiriz (Vila de Cruces).
El objetivo
del proyecto es eliminar obstáculos para que las dos especies puedan recuperar
su presencia en la zona. El topillo de río se desplaza mucho y las presas de los
molinos son obstáculos para su libre mobilidad. Por su parte, el mejillón de
río, en su etapa inicial, vive adherido a las branquias de los salmónidos, por
lo que se buscará facilitar también el paso de truchas y salmones.
El proyecto
Margal Ulla está coordinado por la Consellería de Medio Ambiente y cuenta con
la colaboración de la Universidade de Santiago de Compostela y Augas de
Galicia. Su meta es contribuir a la mejora de la conservación de la náyade y el
desmán ibérico, asegurando las poblaciones existentes en el Ulla y
estableciendo las condiciones más óptimas para la recuperación de las
originales. Ambas especies necesitan medios fluviales con buena calidad
ecológica y su actual declive se debe a las presiones cada vez más acusadas que
están sufriendo estos medios.
Fuente: La
Voz de Galicia
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