domingo, 17 de abril de 2016
Pesca accesible en las orillas del Umia
Todos los años, los integrantes de la Sociedad de Pesca Deportiva Pontemoamar dedican dos o tres jornadas a limpiar y acondicionar las orillas del Umia. La tarea forma parte del convenio que firman con la Xunta y que les permite renovar los permisos de pesca que tienen en el río. Pero en esta ocasión, los responsables de esta entidad han querido acordarse de las personas con movilidad reducida y para ellos están habilitando una zona especial en las orillas de Pontearnelas. Allí limpiarán el terreno y acondicionarán una rampa con un pasamanos para que todos aquellos a los que les resulte imposible acceder a otras zonas del río puedan pescar.
A pesar de la intensa lluvia que cayó durante toda la mañana de ayer, los responsables de Pontemoamar estaban ya a primera hora en las orillas del Umia. Su tarea era la de seguir desbrozando y limpiando el entorno, para que todo esté listo durante la primera jornada de pesca, que será el 1 de mayo. Con una desbrozadora limpiaron las pistas por las que habitualmente transitan y retiraron aquellas ramas que más tarde le pueden dar problema a sus cañas. «Pegado ao río non se limpa, pero sacamos todos os ramallos que nos van impedir lanzar as liñas», explica Manuel López, responsable de la asociación. Las intensas lluvias que han caído este invierno, junto con las inundaciones que se registraron, dejaron este entorno en unas condiciones bastante malas. «Vimos que a herba está totalmente tumbada do crecida que está, co cal se non se corta no verán se creará un bosque», añade López.
Su tarea de ayer los llevó también a un espacio, ubicado entre la cascada y el molino de Pontearnelas, en el que planean ubicar un lugar de pesca completamente accesibles. «Nun sitio que estaba completamente intransitable queremos construír un espazo para minusválidos», añade este pescador. Además de limpiar de maleza del entorno, se procederá a acondicionar una pequeña rampa y a construir un pasamanos. Será algo «totalmente artesanal, feito con ramas de árbore», añade. Pero permitirá que aquellas personas que tiene problemas de movilidad puedan practicar este deporte.
Explica Manuel López que en la asociación hay personas que tienen estos problemas. «Xente que sofreu un ictus e que aínda se está recuperando», que verán con muy buenos ojos el nuevo espacio. En este lugar de pesca no tendrá los mismos problemas que en el resto del río, «onde poden tropezar e caer. Aquí terán un pasamáns no que apoiarse, un sitio cómodo no que poderán pescar enriba de río», sostiene.
Pontemoamar quiere que todos estos trabajos esté completamente rematados para el próximo 1 de mayo, que será cuando dé comienzo la temporada de pesca en el Umia. Sus ochenta socios dispondrán, desde entonces, de una media de tres días al mes para poder practicar su deporte. Oficialmente, la temporada concluye el 31 de agosto, pero durante el mes de septiembre siempre se podrá seguir pescando. Pero entonces no se podrá matar a los peces, sino que deberán ser devueltos al río. «Desfrutas igual e non fas daño ningún porque as cañas non teñen arpón. Creo que o futuro vai por aí», sostiene. Y es que cada vez más, los ríos gallegos se están quedando desiertos. «Estase exterminando a pesca en todos os ríos», sostiene. En el Umia se pescan, en esta temporada, truchas y reos. En cada jornada, un pescador puede llevarse cinco truchas y otros tantos reos. Porque los salmones, aunque también se encuentra a alguno, está prohibido pescarlos pues su supervivencia en este entorno está completamente amenazada.
Fuente: La Voz de Galicia
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