viernes, 17 de julio de 2020

La cucharilla como señuelo de pesca






Con la aparición de múltiples y sofisticados señuelos de todas las formas y colores, la tradicional cucharilla giratoria parece haber pasado a un segundo plano o relegada a una pesca para principiantes.

Sin embargo, esto no tiene porqué ser así pues si bien es cierto que pocos señuelos resultan tan fáciles de emplear no es menos cierto que su efectividad está más que demostrada sin envidiar los resultados de otros señuelos mucho más técnicos.

A continuación repasamos algunos consejos para sacarles el máximo partido y mejorar nuestros resultados de pesca.




LA CUCHARILLA GIRATORIA

Las cucharillas giratorias son aquellas que van unidas por un único extremo a un alambre que soporta el anzuelo (que normalmente será triple). De esta forma, basan su acción en el giro constante de la pala sobre el alambre que actúa como eje.

Este tipo de cucharilla es la más utilizada para la pesca de salmónidos en agua dulce, viendo reducida su efectividad notablemente en su uso en el mar, sobre todo si las comparamos con las ondulantes. Aún a pesar de ello, pueden depararnos magníficas jornadas de pesca en la costa.

El principio de su éxito es sencillo: una paleta giratoria de metal, que va montada sobre un cuerpo también metálico, plomado o no, con o sin adornos (cuentas de colores, penachos de distintos materiales etc.). La paleta gira por efecto de la corriente del agua sobre el cuerpo de la cucharilla.
Se diferencian en dos grandes grupos:

– Las de paleta fina y alargada,

– Las de paleta ancha y redondeada.

Se suele decir que las de paleta fina imitaban a un pez y las que la tenían redondeada imitaban a un insecto.

El manejo de ambas difiere: las paletas redondas ofrecen mayor resistencia en el agua y girarán bien aunque las traigamos más lentamente o la corriente sea menor. Cuanto más fina sea la paleta, el efecto contrario se acentuará y el trabajo en la puntera será también menor.

Sea cual sea el modelo elegido, cabe destacar la enorme facilidad de uso, que las hace adecuadas para cualquier pescador, sea cual sea su capacidad técnica.

LA ELECCIÓN DE LA CUCHARILLA

Si nos dirigimos a comprar por primera vez una cucharilla para pescar podremos volvernos locos con la gran variedad de modelos que el mercado nos ofrece: diferentes colores, formas, tamaños... ¿Cómo saber cuál de ellas es la más adecuada? La forma de la pala, junto con el peso y el tamaño van a ser determinantes en nuestra elección. El color, es secundario, si bien puede marcar la diferencia ante peces muy pescados. Debemos tener en cuenta lo siguiente:

– Debemos considerar las características del río: la cucharilla se seleccionará en función de la masa de agua donde vayamos a pescar: para zonas profundas y anchas se usan cucharillas pesadas de números que vayan del 2 al 5. Sin embargo, para ríos poco caudalosos los números 0 y 1 llegan de sobra.

– Tamaño de la captura: si nos encontramos en ríos que alberguen ejemplares de gran tamaño, deberemos utilizar cucharillas de números 3, 4 y 5. Si pescamos en ríos montañosos, donde las truchas serán más pequeñas, utilizaremos cucharillas pequeñas de los números 1 y 2.

– Climatología: como norma general, en días claros usaremos cucharillas con fondo dorado;  pero si el día está nublado, se recomiendan las cucharillas de fondo plateado.

– Época del año: a principios de temporada, los ríos suelen bajar mucho más altos de agua y además los días suelen estar más nublados, lo que, según lo dicho anteriormente, la cucharilla a seleccionar será grande y plateada. A medida que se acerca el verano, el caudal del río va a menos y los días son más claros, deberemos cambiar a cucharillas más bien doradas.

– La corriente: si la corriente es fuerte, optaremos por una cucharilla con forma de hoja de oliva. Para lagos, embalses y demás zonas sin corriente, optaremos por cucharillas de pala normal.

– Conviene saber que existen cucharillas especialmente diseñadas para las corrientes muy rápidas.

– Las cucharillas doradas también se deben utilizar si nos encontramos ante fondos pedregosos o arenosos.

– Las cucharillas negras deben ser utilizadas cuando el agua es muy clara. Se suele decir que las negras que tiene puntos amarillos o rojos son las más adecuadas para la pesca de la trucha.

–En aguas profundas, turbias o muy turbulentas se suelen detectar mejor las cucharillas grandes.

En resumen debemos pescar con la cucharilla más ligera que nos permita pescar dependiendo de la corriente y la profundidad. Una cucharilla demasiado pesada hace mucho ruido al caer, además un señuelo pesado es más propenso a a desclavarse que uno liviano, a pesar de que a veces no queda más remedio que añadir peso para poder profundizar lo suficiente, en cuyo  caso debemos valorar el uso de cucharillas con cuerpo de tungsteno.





ADORNOS DEL SEÑUELO

En el mercado abundan diversidad de modelos tanto con adornos como sin ellos tanto en el cuerpo como en el anzuelo triple.

Estos adornos suelen hacer la cucharilla más atractiva para el pescador pero no necesariamente para el pez...si bien es cierto que puede ayudar a disimular el anzuelo.

En algunos casos incluso pueden ser útiles para determinadas situaciones de pesca, por ejemplo si pescamos en pequeños ríos o arroyos de montaña “lanzando a ballesta”, puede ser una gran idea usar cucharillas con plumas en el triple para sujetarla sin miedo a engancharnos durante el lance.




EL EQUIPO DEL PESCADOR DE CUCHARILLA

Dejando de lado la cucharilla en cuestión, de cuya elección hemos hablado anteriormente, las características del equipo que todo pescador de cucharilla debería tener son:

– Caña: lo que deberemos exigir es, fundamentalmente, el peso: la ligereza es fundamental (de 100 a 150 g.). Por eso se recomienda que como material seleccionemos el grafito o el carbono. En cuanto a la longitud, variará en función del río donde vayamos a pescar. Si se trata de un río enmarañado, se necesitará que la caña sea corta (de 1,40 a 2,10 m.)

– Carrete: deberá ser, ante todo, rápido, con un ratio de, por lo menos, 5 a 1. También deberá ser ligero y con una capacidad de albergar un mínimo de 150 metros de un hilo de diámetro 0,20 mm. Un tamaño 1000 o 2500 será más que suficiente.

– Hilo: hay que conocer una máxima: cuanto más fino sea el hilo, más fácil será de lanzar. A pesar de eso, debemos tener en cuenta que la disminución del diámetro conlleva una pérdida de resistencia. Por ello teniendo en cuenta el tipo de capturas presentes en la zona seleccionaremos el diámetro más bajo que podamos utilizar sin comprometer la recuperación de la captura. Si optamos por trenzado podemos bajar hasta 0,08 mm sin problemas.

En general debemos pescar lo más ligero que podamos pero sin pasarse. Necesitaremos un punto de rigidez en la caña para clavar con facilidad y sentir en el blank que nuestra cucharilla está girando, pero a la vez una caña blanda y rápida en acción de pesca parabólica o semiparabólica en combate.




CLAVES PARA CONSEGUIR RESULTADOS

Sin duda estamos ante un señuelo bastante fácil de emplear con ciertas garantías, por ello muchos pescadores piensan que una cucharilla simplemente se lanza y se recoge sin más, sin apenas variables a tener en cuenta, ni técnicas o estrategias.

Sin embargo esto no es del todo cierto, a continuación intentamos resumir algunas de las claves más importantes que nos ayudarán a obtener mejores resultados si queremos probar suerte con la cucharilla.

A nivel teórico la técnica de pesca es muy sencilla de describir y consiste en lanzar la cucharilla a un punto determinado del agua, para después recobrarla haciéndola rodar sobre sí misma. Dicho así parece muy sencillo, la complejidad aparece cuando tratamos de colocar la cucharilla en un punto justo y en el momento exacto... Para ayudarle en este objetivo, le comentamos los siguientes puntos:

– La gran mayoría de las picadas se producen cerca del fondo (sobre todo si nuestro objetivo de pesca es la trucha).

– El lance debe adecuarse a la época del año en la que nos encontremos: en invierno, con las aguas más frías, los peces suelen permanecer más pegados al fondo. Con la llegada del buen tiempo y el aumento en la actividad del ecosistema, aumentan las posibilidades de localizar la captura a prácticamente cualquier profundidad.

– Siempre es preferible pescar aguas arriba, lanzando en sentido contrario a la dirección de la corriente. De esta forma, la propia fuerza de la corriente colaborará con nosotros, ayudando para que la cucharilla baje al fondo. Muchos pescadores que empiezan a lanzar su cucharilla siempre lo hacen aguas abajo, ya que la propia acción de la corriente mueve la pala de la cucharilla mejor y es más fácil su manejo. Sin embargo no es lo más efectivo ya que normalmente iremos asustando a los peces aguas abajo además de que la cucharilla, al ser retenida contra corriente suele navegar muy superficialmente.

– Intente recoger siempre un poco más rápido de la velocidad que lleve la corriente. Para comprobar que es así, fíjese en la tensión del hilo: nunca debe estar flojo. Pero a la vez debemos recoger lo más lento posible, a la velocidad mínima a la que las palas giren (recuerde que las palas anchas giran mejor).

– El lance deberá realizarse siempre un poco más arriba del lugar donde intuyamos que pueda encontrarse la pieza, para dar tiempo a que la cucharilla alcance la profundidad adecuada antes de pasar justo por delante de la trucha.

– La recogida deberá llevar siempre un ritmo constante, sin parar en ningún momento, ya que de hacerlo corremos el riesgo de que la cucharilla se hunda y termine enganchándose con cualquier elemento; además si tenemos la suerte de que un pez está siguiendo nuestra cucharilla y paramos su movimiento, de inmediato ser dará cuenta del engaño y perderemos la captura.

De hecho, el éxito de esta técnica depende en gran parte de ser capaz de mantener la correcta velocidad durante la recogida de la cucharilla.

– Si pesca en un río, pruebe suerte en cualquier remanso que se produzca en sus lados.

– Si pesca en un embalse, busque las zonas en las que la profundidad sea máxima. En los embalses conviene probar siempre con lances en “abanico”, esto es: situado el pescador en un punto fijo, irá lanzando varias veces, variando el ángulo de lanzado de cada vez unos 30º.


Fuente: a-alvarez.com

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