Anteayer, 34 días después que en las costas coruñesa y pontevedresa, una veintena de lanchas artesanales mariñanas iniciaron la campaña de la centolla. Por las referencias de los marineros de la franja oriental coruñesa, ya sabían que esos crustáceos escaseaban en la costa cantábrica gallega. Ayer, al levantar los miños, como se llaman las redes de enmalle que emplean para capturarlas, comprobaron que en la costa lucense todavía hay menos centolla de la que la creían.
«Volvemos case como fomos, coas mans baleiras, uns collemos seis centolas, outros dez e algúns vinte ou algunha máis, pero nada...», se lamentaba ayer el patrón de un pesquero de Celeiro. Nada porque el tope de capturas está establecido en 35 kilos por embarcación y día, más otros 35 por cada uno de los tripulantes enrolados.
Aunque a medida que se aproximen las navidades probablemente aumentará el número de lanchas que cambien de arte para dedicarse a la centolla, de momento hay menos que otros años. Poco más de veinte en toda A Mariña, la mayoría de Celeiro, donde de momento hay doce. El patrón mayor de Burela explicaba que en ese puerto solo captura ahora ese crustáceo un barco. Entre otros motivos, razonaba, porque se está pescando bastante lubina, que además se paga bien.
Con ese volumen de capturas, las primeras subastas podría haberlas mañana o el viernes, en San Cibrao y en Burela.
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