Castigado por la contaminación ambiental, por los vertidos y por la falta de cuidados, el río Umia era hasta hace poco uno de los más degradados de Galicia, y en esa situación de abandono continuó a pesar de ser la cuenca de la que beben 110.000 habitantes a lo largo de todo el año y muchos más en la temporada estival.
Ese fue uno de los aspectos que se recalcaron ayer en la firma del convenio acordado entre la Xunta de Galicia y la Diputación de Pontevedra para la segunda parte del Plan Umia, que busca la regeneración integral del río tras la construcción de la depuradora de Ribadumia, el saneamiento de Cuntis o la mejora de abastecimiento en Caldas de Reis.
En el acto, presidido por el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, y el presidente de la Diputación, Rafael Louzán, se enumeraron las actuaciones pendientes para las que se reservó un presupuesto de 22 millones de euros, y que pasan por la recuperación ambiental del cauce que quedará a disposición de los ciudadanos para su disfrute.
Las obras incluirán la recuperación de los senderos y la repoblación con especies autóctonas, así como trabajos que pretenden minimizar los efectos de la erosión y mejorar la calidad de las aguas. En la actualidad hay ya ocho kilómetros acondicionados como paseo, pero el objetivo que ahora se persigue es la recuperación total de todo el río, desde Caldas hasta su desembocadura. Una de las actuaciones que se llevarán a cabo en las próximas semanas será la suelta de alevines de truchas, una especie tradicional en el río pero muy castigada por la contaminación. El objetivo final es devolver el Umia a los ciudadanos y mejorar su relación con el río que les da de beber.
Augas de Galicia redactará los proyectos y tramitará la licitación de las obras, mientras que la Diputación se encargará de ejecutarlas desde Ponte Cabanelas y Ponte Arnelas hasta Caldas de Reis.
 |
| La regeneración del Umia ya empieza a dar sus frutos |
No hay comentarios:
Publicar un comentario