Gratamente sorprendido se quedó Carlos Amado cuando consiguió pescar esta lubina de grandes proporciones en aguas de Testal. Nada menos que siete kilos y doscientos gramos, afirmó el aficionado.
Mide noventa centímetros y es el premio a la perseverancia de este noiés, que tardó veinte minutos en sacar el pez del agua. Amado es pescador de caña desde hace más de 35 años y tal y como asegura, esta lubina gigante llegó a sus manos después de haber capturado otra de tan solo un kilo. Seguro que sus amigos y familiares darán buena cuenta de ella con un banquete.
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