miércoles, 8 de agosto de 2012

Toxina diarreica: Abren polígonos de bateas en Bueu, pero los precios se desploman

Bateeiros de Bueu trabajando ayer en los viveros instalados en la ría

Toda moneda tiene su cara y su cruz. El actual episodio de toxina diarreica o DSP está a punto de desaparecer de las rías gallegas, lo cual es un dato evidentemente positivo, pero esa apertura masiva de bateas ha conllevado un desplome en los precios del molusco.

La caída se cifra en torno al 25% y fuentes del sector hablan ya de "mínimos históricos". Las últimas zonas que han abierto son dos de los tres parques de Bueu: el Bueu B, situado en Beluso y que cuenta con unas 25 bateas, y el Bueu A2, situado frente a Agrelo-Portomaior y que suma alrededor de 60 viveros. En aguas buenenses queda todavía cerrado el Bueu A1, situado más cerca de Lapamán, mientras que en Cangas el cierre afecta todavía a los dos polígonos de la ría de Aldán. Esa situación no obstante no se prolongará mucho más y está prevista una reapertura inmediata, que podría ser incluso hoy mismo.

La presencia de la DSP en las aguas gallegas en estos momentos es mínima y en toda Galicia solo están cerrados los parques bateeros citados en Aldán y Bueu, así como otros dos polígonos en Sada y Corme.

Las aperturas que se han sucedido durante las últimas semanas han afectado a todas las rías y han permitido sacar al mercado una gran cantidad de producción. Pero esa oferta llega en un momento en el que la demanda no es muy elevada y en el que las ventas se concentran en el sector del mejillón en fresco. La consecuencia ha sido una pronunciada caída en los precios. "Estamos hablando del caso, por ejemplo, del mejillón pequeño, que se pagaba a entre 0,50 y 0,55 céntimos el kilo y que ahora se está vendiendo a 0,40 céntimos de euro", ejemplifican bateeiros de Bueu. Algunas fuentes, con larga trayectoria y experiencia en el sector, no dudan al hablar de "mínimos históricos", una circunstancia también debida a la desunión que existe entre los bateeiros.

A estas alturas los más preocupados por este panorama pueden ser precisamente los acuicultores con bateas en Bueu y Aldán. Estas zonas acumulaban hasta la fecha casi 150 días consecutivos de cierre, a lo que hay que unir que perdieron la anterior campaña de navidad por culpa de la toxina PSP o paralizante.

Los profesionales se sienten casi obligados a vender por dos razones: la primera es que en caso contrario podrían perder buena parte de la producción porque comenzaría a desprenderse de las cuerdas y la segunda es que el tiempo corre en su contra.

El hecho de que a estas alturas del año la toxina remita es un fenómeno habitual, pero lo más normal es que en menos de un mes se produzca un nuevo episodio de diarreica. Esa nueva marea roja es normal a principios del otoño y la experiencia apunta que las primeras bateas a las que afectará son las de Bueu y Aldán. Lo normal sería que las aguas y el mejillón volviesen a quedar libres de biotoxina antes de navidades, aunque tampoco se pueden descartar situaciones como la del año pasado.

Algunas de las asociaciones más importantes del sector están intentando fijar una estrategia para hacer frente al problema y evitar que la caída de los precios sea más pronunciada o que conlleve nuevos perjuicios en el futuro. "Los precios pueden bajar rápido, el problema es que para que vuelvan a subir para alcanzar valores normales hace falta más tiempo", advierten algunos veteranos bateeiros.

  
  

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