El consorcio "Galicia 2005. Volta ao mundo a vela" ha quedado disuelto al no llevar a cabo ningún tipo de función, anunció hoy la Xunta en un comunicado.
La junta de gobierno del Consorcio 'Galicia 2005. Volta ao mundo a vela' se ha reunido para aprobar la disolución del ente, uno de los 55 organismos evaluados en el marco del II Plan de Racionalización de la Administración paralela que está llevando a cabo el Gobierno gallego desde abril de 2010.
De este modo, en un comunicado, la Xunta ha explicado que la junta de gobierno ha estado presidida por el conselleiro de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza, Alfonso Rueda; y ha contado con la participación del secretario para o Deporte, José Ramón Lete; o el gerente de la Fundación Deporte Galego, Javier Rico, entre otras autoridades.
El motivo de esta disolución es que en la actualidad el organismo no realizaba ningún tipo de función, al haberse cumplido las actividades para las que fue creado, que se limitaban únicamente a la certificación y adecuación de los gastos e inversiones de los patrocinadores a los objetivos y planes del programa de apoyo al evento, la salida desde Galicia de la Vuelta al Mundo a Vela 2005/2006.
Con esta disolución, el Gobierno gallego ha explicado que ya lleva suprimidos 52 entes instrumentales, de los cuales 44 fueron resultado de la primera fase del plan de racionalización y otros ocho desaparecieron en los escasos cinco meses que lleva en marcha la segunda fase de este plan.
En el marco de estas actuaciones ya han sido suprimidas la Fundación Milenio, la Fundación Galega para a Prevención de Riscos Laborais, la Fundación Galega de Emigración, la Fundación Centro Superior Cinexético e Piscícola, o el Servizo Galego de Promoción da Igualdade do Home e da Muller, entre otros entes, así como 34 fundaciones para el desarrollo comarcal.
En julio del 2003, el Gobierno de Fraga puso en marcha la Axencia Humanitaria de Galicia. La fundación, a la que se encomendó el cometido de gestionar las ayudas de la Xunta para programas de cooperación, cuadruplicó su presupuesto entre el 2005 y el 2009. En ese período, administró 2,4 millones de euros, de los que solo destinó a ayudas 964.000. El balance del ente dejó ejercicios sonrojantes. En el 2006, los gastos de funcionamiento absorbieron el 92 % de su presupuesto y solo el 8 % fueron invertidos en cooperación. Esta fundación ya no existe. El Ejecutivo de Feijoo acordó su extinción dentro de la primera fase del plan de ajuste de chiringuitos. Clausuró 42, pero quedan más de 100 sociedades que, sin contar el Sergas, mueven más de 1.000 millones al año y tienen 4.200 trabajadores.
A través de este entramado de organismos y sociedades de naturaleza jurídica diversa, algunas sometidas a contabilidad privada, la Xunta canaliza la gestión en ámbitos dispares. Desde los recintos feriales, a las subvenciones para cambiar el frigorífico por otro de bajo consumo, los servicios consorciados contra incendios, el Gaiás, la cooperación con Iberoamérica, la seguridad laboral o la estación de esquí de Manzaneda, que atraviesa serias dificultades económicas que han llevado al Gobierno a acudir en su auxilio con recursos públicos. Algunos entes perviven bajo el paraguas de la Administración a pesar de que su razón de ser expiró hace tiempo. El caso del consorcio Galicia 2005 Volta ao Mundo a Vela es paradigmático.
Esta galaxia de la Administración paralela registró una expansión con el anterior Gobierno del PP. De los 157 organismos que figuraban en el último censo, 104 proceden de la etapa de Fraga y 21 fueron creados por el bipartito. El resto son anteriores a 1990. La Xunta actual encontró un filón para situarlos en la proa de su política de recortes. En una primera fase, cerró 42 de los 64 que analizó, aunque la criba se nutrió de la extinción de las 34 fundaciones comarcales que el bipartito había dejado encauzada. Además, reordenó dos organismos, refundió tres y separó otro. La operación, que ahorra 21 de los 144 millones que cuestan esos centros cada año, se saldó con la supresión de 489 empleos.
La segunda fase supondrá la revisión de 52 sociedades más, entre ellas ese consorcio de la Volta ao Mundo a Vela, los cuatro organismos provinciales de gestión del suelo (Xestur), todas las fundaciones feriales, la Fundación Cidade da Cultura, la empresa pública de la estación de Manzaneda, el Consello da Xuventude y la Fundación Centro Galego do Plástico. El futuro de alguno de esos entes ya se conoce. La Sociedade Anónima de Xestión do Plan Xacobeo se une con la Sociedade de Imaxe e Promoción Turística de Galicia, el Instituto de Estudos Turísticos de Galicia y la Secretaría Xeral para o Turismo.
Pero el plan no entrará en 41 sociedades en las que el Gobierno de Feijoo cree que no existe «marxe de mellora». Ahí están el Sergas, con más de 3.000 millones anuales de presupuesto y 33.000 trabajadores; el Consello Consultivo de Galicia, el Instituto Galego de Estatística, Sogama, el Instituto da Vivenda e Solo, el Instituto Enerxético de Galicia, la Real Academia Galega, la Real Filharmonía de Galicia y el Xurado de Expropiación forzosa, entre otros.
Algunos entes serán fusionados, como los tres organismos de gestión de la televisión y la radio públicas autonómicas; Augas de Galicia y la Empresa Pública de Obras e Servizos Hidráulicos, que dan lugar a una agencia nueva; y la Sociedade Pública de Investimentos y la gestora del vial Dozón-Ourense, cuya tutela asume la nueva Axencia de Infraestruturas.
Además, la Xunta implantará este año un sistema de contratos para tutelar la actuación de los chiringuitos. Los entes tendrán que cumplir unos objetivos para recibir financiación.
El sobredimensionamiento de estos entes está en el epicentro del debate político. El PSdeG anunció la semana pasada una iniciativa para instar a la Xunta a reducir las sociedades a 6 y rebajar 100 millones de euros. Feijoo aduce que ese ahorro en nóminas no es posible, porque los funcionarios y el personal laboral tienen sus derechos.
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