La venta de angula en el País Vasco está prohibida desde 2003

La angula que se captura en los ríos vascos no puede destinarse a la venta. Desde 2003 está prohibido. «Aquí no hay pescadores profesionales, como puede haber en Asturias, que pueden vender lo que capturan. Las licencias que se emiten son recreativas», aseguran desde Inspección de Pesca del Gobierno Vasco.

No obstante, los propios inspectores reconocen que algunos aficionados venden parte de lo que capturan a particulares o a negocios de hostelería. No hay que olvidar el precio que la angula alcanza en el mercado. La semana pasada una pescadería donostiarra ofertaba angula de Asturias a 850 euros. «La venta entre particulares es algo que no se puede controlar porque es muy complicado demostrar esa transacción. En todo caso, nunca se trata de mucha cantidad», aseguran los inspectores. «Además, al no existir pescadores profesionales, no hay quien se queje de que alguien les esté haciendo la competencia desleal», añaden.

Antes de 2003, los pescadores vendían parte de su capturas a las empresas comercializadoras y viveros de angulas de Gipuzkoa. «Pero ahora estas empresas conocen la normativa y los pescadores saben que no les van a comprar», aseguran los inspectores. Normalmente, los viveros traen angulas de Asturias o Galicia, entre otros puntos, añaden esas fuentes.

A pesar de que los inspectores visitan las rías durante la temporada de pesca, tampoco se puede controlar al 100% que los aficionados no superan los dos kilos permitidos como máximo, en esas noches de luna nueva en la que la angula tiene a bien entrar en la ría.

No obstante, el mayor problema, según los inspectores, es el de los pescadores sin licencia. «Sobre todo son desde tierra, porque las embarcaciones las tenemos controladas», explican. Este año, en lo que va de temporada ya se ha multado a pescadores sin licencias.

«En esos casos, como la angula es una especie que aguanta mucho tiempo fuera del agua, al pescador se le retira la captura y se vuelve a echar a la ría», explican los inspectores. Además, se le incautan las herramientas de pesca (cedazos). «El problema es que se trata de ribereños que tienen tradición de pescar angula pero no tienen licencias porque, salvo renovaciones, ya no concedemos nuevos permisos», añaden desde Inspección de Pesca.