El embalse de Castroagudín, incluido en las zonas húmedas sensibles |
La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, a través de Augas de Galicia, publicó ayer una resolución por la cual se revisa la declaración de zonas sensibles en el ámbito territorial de las cuencas de Galicia-Costa. El nuevo acuerdo incluye 13 nuevas zonas sensibles de embalses de abastecimiento, entre los que figura el del río de O Con, en Castroagudín, del término municipal de Vilagarcía de Arousa, y el de Caldas de Reis sobre el río Umia.
La declaración de zonas sensibles supone un mayor control de las aportaciones de nutrientes a las masas de agua con el fin de evitar su eutrofización. La legislación europea exige aplicar en las zonas declaradas como sensibles mayores restricciones sobre las concentraciones de nutrientes que se autoriza verter. Su importancia se demuestra en que los nutrientes, fosfatos y nitratos, son las principales de proliferación de cianobacterias en los embalses de Galicia.
En cuanto a la designación de zonas sensibles, una vez analizados los resultados derivados de las redes de control del estado ecológico de las aguas para aquellas zonas susceptibles de estar en riesgo de eutrofización o entrofizadas, se consideró adecuada la designación de 22 nuevas zonas, entre las cuales se encuentran los dos embalses del entorno arousano.
El embalse del río de O Con en Castroagudín, no solo surte de agua de buena calidad a la red municipal de abastecimiento de Vilagarcía, sino que forma parte de la estación de hidrobiología de la Universidad de Santiago de Compostela.
Esta cuenca fue objeto de importantes obras de mejora por parte de Augas de Galicia en los últimos dos años, que incluyeron la automatización de la presa, así como la impermeabilización para incrementar su operatividad, con un presupuesto de 1.547.635,37 euros.
En cuanto al embalse del río Umia a su paso por Caldas de Reis, tiene su importancia para Vilagarcía de Arousa y el resto de los municipios de la comarca de O Salnés, porque esta cuenca fluvial abastece de agua a la mayor parte de sus vecinos. Los vilagarcianos la utilizan como segunda fase de captación, a la altura de Baión.
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