Grandes cantidades de sargo pescadas estos días por la flota de cerco

El cerco gallego tiene una gran vía de agua. «Estamos afundindo día a día», dicen preocupados los representantes del sector. Los únicos salvavidas a los que se agarran para mantenerse no a flote, sino entre aguas, «son os peixes raros», como manifestó ayer el patrón mayor de Sada, Andrés García Boutureira.

Y es que para los profesionales de los 40 cerqueros que faenan en aguas coruñesas, una excepción, «e bendita excepción», son las capturas de bonito del atlántico y de sargo que están logrando en los últimos días. Así, estas dos últimas semanas se subastaron en la lonja de A Coruña alrededor de 60.000 kilos de la primera especie. Los barcos del cerco también pusieron a la venta en la rula de Linares Rivas unos 24.000 kilos de la segunda.

Los precios en primera venta también están ayudando, «son bos, a pesar da cantidade que se está poñendo a venta», señaló Andrés García. El kilo de bonito del atlántico se subastó a una media de 3 euros, y el de sargo 7,40 y 1,20 euros el kilo.

Pero a pesar de estas excepciones, en sus dos acepciones, «a incerteza, o medo, témolo no corpo», dice el patrón mayor. Primero, porque esas capturas «son unha lotería, e pódelle tocar a un ou a vinte barcos, pero é moi raro que lle toque a toda a flota». Y segundo, «porque estas pesqueiras duran o que duran, non pescamos sargo e bonito todo o ano».

Y es que en las redes de los cerqueiros ya no enmalla su especie más característica: «A sardiña xa hai tempo que non lle vemos o rabo», señaló García Boutureira. Aunque ayer se subastaron en la lonja alrededor de 11.000 kilos de esta especie, capturados por ocho barcos de los cuarenta que operan en aguas coruñesas, con un precio medio de 1,30 euros el kilo.

Pero esta diminuta alegría vino acompañada de una enorme decepción: el jurelo cayó de precio de forma espectacular: «Estábamos vendendo o kilo a 0,8 euros o kilo. E hoxe [por ayer] o chincho foi a 0,13 e o mediano, a 0,26». Aunque lo peor «é que o mar está cheo de xarda, e non só non a podemos coller, senón que nos queda cara de parvos ao ver ás redes cheas de peixe e ter que arrialo o mar», subrayó el patrón mayor, en referencia a la prohibición de pescarla por haber superado España la cuota de esa especie que tenía asignada por la UE.