Decepción absoluta y malestar entre las mariscadoras del fondo de la ría de Arousa/Pontevedra. El repunte de biotoxina obligó al cierre de los bancos, pero la clausura se anunció cuando faltaban pocos minutos para las cuatro de la tarde, momento en el que las aproximadamente 400 trabajadoras terminaban su jornada, con gran parte del bivalvo ya procesado. Algo que ha obligado a devolver al mar un total de 2.840 kilos de almeja. Este incremento de células tóxicas también afecta a todas las bateas de mejillones de la ría y, en general, a todo el sector del litoral sur de Galicia.
La extracción por parte de las trabajadoras de San Telmo, Raxó y Lourizán se centraba ayer Combarro, donde se estaba recogiendo tanto clase fina como japónica de almeja. Pero todo tuvo que devolverse al mar una vez que en la lonja de Campelo se recibió la orden por parte del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), organismo dependiente de la Consellería do Medio Rural e do Mar. Ésta significó la pérdida de prácticamente las cuatro horas de trabajo, ya que la apertura de los arenales se produjo a mediodía.
Entre lo recolectado había una considerable proporción de almeja fina, un tipo de molusco del que se destaca tanto su calidad como su escasez. El sector lamentaba ayer que prácticamente la totalidad estaba "perdido" pese a su devolución al mar. "No sobreviven", comentaban ayer desde el recinto de subastas, donde integrantes de las tres cofradías mostraron su rechazo a la gestión realizada desde el Gobierno gallego.
"No puede ser que avisen a las cuatro de la tarde un día que el inicio está para el mediodía; eso lo único que muestra es muy poco respeto por nuestro trabajo", criticaban. Y es que recuerdan que "además del esfuerzo", la tardanza en llegar de la comunicación supondrá desechar buena parte de esas casi tres toneladas de almeja.
"Entendemos que pudiese llegar con la jornada empezada un día que el inicio está marcado para las ocho de la mañana, pero no si está para las 12", reprochaba ayer un integrante de la cofradía de San Telmo. "Lo que hacen es acomodarse al sillón", remacha en referencia a los responsables del Intecmar.
Los problemas también afectan al resto de la ría en lo que a las bateas mejillones respecta. El Intecmar tomó ayer una decisión drástica: el cierre global de las bateas de mejillón. Se prohibió de golpe la actividad extractiva en 25 polígonos bateeiros de las Rías Baixas, lo que sumado a los cierres del día anterior supone cerrar prácticamente toda la producción de mejillón existente en Galicia, con excepción de cuatro polígonos existente en la ría de Vigo.
La subida de los niveles de biotoxinas empezaban a subir en las rías esta semana y ya provocaron el cierre de una decena de polígonos en Pontevedra, Arousa y Vigo antes de las clausuras concretadas ayer. Algo que se produjo de forma prácticamente inesperada para el sector, que días atrás no mostraban especial al considerar que la toxina diarreica (DSP) detectada podía remitir con rapidez.
En cambio, desde el Intecmar se elevaron ayer a 46 los polígonos bateeiros de mejillón inoperativos en Galicia. Solo permanecieron abiertos cuatro ubicados en el fondo de la Ría de Vigo: Redondela B-G, Redondela C-F, Redondela D y Redondela E.
En los cierres anunciados está el de Portonovo A, con lo que se completaba también la inactividad absoluta en toda la ría de Pontevedra. Pero la ría más perjudicada fue la de Arousa, que es también la que alberga mayor número de bateas (2.200 sobre 3.300). De los 25 polígonos cerrados a primera hora de la mañana nada menos que 18 pertenecen a la ría arousana, que de este modo queda completamente inoperativa en cuanto a extracción y venta de mejillón.
A esos cierres se sumaron los decretados para los cuatro polígonos existentes en la ría de Muros-Noia. Además, también tuvieron que detener su actividad otros dos en la ría de Vigo: los polígonos Cangas - y Redondela A.
La directora del Intecmar, Covadonga Salgado, explica que no es la primera vez que se produce un avance tan rápido de las biotoxinas marinas, y llega a definirlo como "un incremento de células bestial" que se ha producido durante el fin de semana. "Llevamos dos semanas viendo un avance de células y en el recuento diario de fitoplancton tóxico ya se indicaban incrementos constantes y significativos", indica.
Añade que "la semana pasada se empezó con cierres en la zona de Bueu, y el sábado en Liméns, pero entre la semana pasada y la actual se ha producido un incremento notable en el número de especies tóxicas, y por si fuera poco hay otra particularidad, y es que se detecta una especie muchísimo más tóxica que la habitual".
Esa biotoxina fue detectada la semana pasada en la boca de la ría de Vigo. "Se muestreó el lunes, miércoles y viernes (de la semana pasada) y nos dio problemas el último día", recuerda.
El cierre llega justo cuando la producción estaba siendo muy abundante y los precios acompañaban. El anuncio del cierre de la campaña ha pillado por sorpresa a más de un millar de mariscadores. No solo eso, sino que ha provocado una auténtica revolución en el pósito. Resulta que los compradores están llamando alertados por la presencia de toxina. Y que alguna empresa ya comprobó en su laboratorio que el berberecho comprado ayer está afectado por ese episodio tóxico, así que va a devolver a la cofradía el marisco. De hecho, y según confirmó el patrón mayor, Santiago Cruz, se van a tirar hoy mismo al mar un total de nueve toneladas que se había llevado una conservera de la zona y que ya no las acepta. Sospechando que la devolución de marisco les puede perjudicar y que pueden acabar no cobrando el marisco capturado ayer o anteayer, los mariscadores están empezando a mover ficha e incluso hay una megafonía circulando por Noia anunciando una reunión urgente a media tarde a las puertas de la cofradía. Del trajín en el mar se pasó al trajín en tierra.
Algunos mariscadores han acudido a Testal preocupados porque llegaba de vuelta el marisco de la conservera. Los productores continúan allí y hay un gran tumulto. La tarde también fue tensa y en la lonja llegó a haber enfrentamientos verbales e incluso algún que otro empujón. El patrón mayor, Santiago Cruz, cogió un megáfono para explicar qué es lo que pasa con la toxina.
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