Las lagunas y pequeñas charcas rurales son sin duda ecosistemas muy especiales; mientras existen temporadas en las que parecen no contener vida alguna, hay otras en las que todo fluye y resultan realmente muy activas y aptas para la pesca.
Muchos pescadores se muestran reticentes a pescar en sus aguas, mientras que otros, conscientes del gran campo de posibilidades que nos ofrecen, se aventuran en prácticamente cualquier charca que se encuentran.
Es una modalidad de pesca sencilla pero muy atractiva, con la que sin duda podrá obtener experiencias únicas.
A continuación repasamos todas las claves para que nuestra jornada sea un éxito.
Una charca bien repoblada con basses es sin duda el lugar perfecto para iniciarse en la pesca de este magnífico depredador. Normalmente nos encontraremos con masas de agua tranquilas y de tamaño relativamente reducido por lo que, con algo de experiencia, podremos localizar nuestras presas.
En este tipo de escenarios podremos aprender o enseñar al principiante las técnicas más sencillas y básicas para pescar black basses y resulta relativamente sencillo obtener capturas lo que animará la progresión del aprendiz.
En general se trata de una pesca sencilla, ya que en estos lugares la presión de pesca es más o menos reducida y suele haber alimento suficiente para mantener una nutrida población de predadores. Para ello debemos fijarnos en la presencia de ranas, libélulas, algún tipo de pez pasto etc. Además otro punto a favor es que la pesca en este tipo de masas de agua no requiere de un equipo caro o complicado. Necesitaremos un equipo ligero y unos pocos señuelos básicos. Con eso es suficiente.
Por otra parte, para aquellos pescadores más experimentados este puede ser un buen escenario para practicar otras técnicas más complejas y experimentar con nuevos montajes que podrán probar en un entorno poco masificado y con peces poco resabiados que resultaría imposible capturar en escenarios con mayor presión pesquera.
Hay muchos tipos diferentes de lagunas y charcas, de hecho podríamos decir que cada una en sí tiene sus propias particularidades; a pesar de eso podríamos hacer la siguiente distinción:
– Masas de agua limpia: suelen ser muy ricas en vegetación.
– Masas de agua opaca: su vegetación está formada sobre todo por cañas.
– Masas de aguas poco profundas: sus aguas suelen ser más cálidas, lo que favorece el rápido crecimiento de los organismos que las habitan. Habitualmente la mayor cantidad de organismos contribuyen a mantener las aguas más limpias y favorecen la presencia de plantas flotantes que suponen un lugar de sombra y reposo para muchos peces.
Lagunas, pequeños pantanos agrícolas y charcas rurales, todos estos escenarios pueden convertirse en auténticos paraísos para muchas especies. La vegetación reinante suele favorecer la reproducción de casi todas las especies presentes. En ellas encontraremos desde lucios o black-bass, sin duda tan ansiados por gran cantidad de pescadores, hasta gran variedad de salmónidos (principalmente truchas), pasando por carpas, percas o tencas…
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la presencia de peces en diferentes medios acuáticos (y el modo de pescarlos), está estrechamente ligado a su alimentación, ya que es en torno a la necesidad de alimento del pez donde el pescador debe elaborar su técnica de pesca. Partiendo de esto resulta evidente que los peces que frecuentan los cursos de agua tiene costumbres muy diferentes a los que habitan en aguas estancadas o en lagos.
Así en un lago (sean como sean sus características particulares), el alimento principal son los residuos vegetales y otras materias orgánicas que se encuentran fundamentalmente en el fondo. Los pequeños microorganismos
sirven de alimento a las criaturas acuáticas de menor tamaño, las cuales a su vez alimentan a los peces más grandes (los que nosotros buscamos).
Muchos pescadores son de la idea de que una de las primeras cosas a tener en cuenta es que si queremos capturar ciprínidos o depredadores en laguna debemos cebar previamente la zona, pero no unas horas antes, sino días antes. Las lagunas suelen ser lugares muy buscados también por el pescador de mosca, si bien en muchas ocasiones los lances pueden ser realmente complicados a causa de la gran cantidad de vegetación presente. Si es usted capaz de superar este hándicap, la pesca a mosca le deparará sin duda grandes resultados en la pesca de ciprínidos.
Otros muchos pescadores que ansían la captura de grandes depredadores se enfundan en sus vadeadores y atraviesan barreras de juncos hasta llegar a una lámina de agua despejada, una tarea sin duda laboriosa pero que merecerá la pena gracias a los ejemplares que nos estarán “esperando”.
Un error común del principiante en este tipo de lugares es lanzar tan lejos como puedan de la orilla cuando un porcentaje muy elevado de picadas en estos escenarios se producen a pocos metros de la orilla. De hecho la mayoría de los peces se encuentran a 5 o 10 metros de la orilla, no más. Teniendo en cuenta esto, debemos lanzar lo más perpendicularmente posible intentando situar el señuelo en una posición tal que nos permita recuperarlo lo más paralelamente posible a la orilla.
La pesca en estas charcas suele ser buena desde principios de primavera hasta bien entrado el otoño, pero suele ralentizarse un poco los días más calurosos del verano debido a que estas masas de agua suelen ser poco profundas por lo que se alcanzan temperaturas muy elevadas que fuerzan a los peces a aletargarse un poco.
El ciclo vital de los peces de charcas y lagunas no es muy distinto al de sus “hermanos” en los grandes pantanos pero sí debemos tener en cuenta que se ve afectado por un mayor calentamiento y enfriamiento del agua.
En primavera, estas pequeñas masas de agua se calientan normalmente antes que los grandes embalses por lo que los peces están activos antes. En esta época los encontraremos en zonas poco profundas, protegidas del viento y que estén expuestas a la luz solar.
A la hora de pescar en charcas, tenga presentes los siguientes consejos que seguro le serán de utilidad:
- Muchas charcas en nuestro país tienen mucha hierba en el fondo, y esto mantiene el agua más caliente en estas zonas, aunque el factor determinante sea la claridad de las aguas. Las aguas claras se calientan antes puesto que los rayos del sol penetran con más facilidad.
- Intente localizar alguna “nube de fango”, estará formada por la actividad de los peces de fondo (carpas y tencas principalmente) que andan buscando su comida y al hacerlo levantan gran cantidad de sedimentos. Por lo tanto es un magnífico lugar para probar suerte.
- Los momentos de más actividad son al alba y al anochecer.
- En ocasiones podremos ver “burbujas” que estarán provocadas por el movimiento del fango producido por los peces que buscan su comida, o por lucios que salen a buen ritmo de su escondite para tratar de capturar alguna presa. Si ve estas burbujas no deje pasar la oportunidad de pescar en ellas.
- Una táctica que casi nunca falla suele ser pescar la orilla expuesta al viento, allí en la superficie se concentra el plancton el cual atrae a los alevines, que a su vez podrán servir como atrayente para peces depredadores de mayor tamaño.
- Otro aspecto importante que a veces pasa desapercibido pese a ser elemental es mantener siempre nuestro señuelo más allá de la sombra que proyectemos sobre el agua, ya sea desde orilla, embarcación o pato. Es especialmente importante cuando pescamos en aguas muy claras en masas de agua tan reducidas. Si nos detectan se acabó la jornada de pesca.
- Este tipo de escenarios suele tener vegetación en superficie, si queremos trabajar la zona ya que es un punto “caliente” de pesca podemos usar algún vinilo con el anzuelo oculto en el cuerpo o señuelos tipo rana que atravesaran el manto de plantas por encima, llamando la atención de los posibles predadores que se escondan bajo el follaje. Por lo tanto, esté muy atento en los días de pesca, puesto que algunas zonas que en principio parecen despobladas pueden llenarse de vida en poco tiempo.
No podemos dejar de mencionar los problemas que sin duda encontraremos a la hora de pescar en estos escenarios. Las características del terreno y de la vegetación pueden plantearnos toda una serie de complicaciones que deberemos conocer de antemano.
Las más importantes son:
– Dificultad para encontrar un lugar de pesca. En las lagunas la vegetación suele ser tan abundante que en muchas ocasiones resultará realmente problemático encontrar un hueco desde el cual poder lanzar la caña.
– Como hemos visto, en primavera estas zonas de pesca se calientan más rápido pero en otoño también el agua se enfría antes.
– Las crecidas y bajadas de nivel de agua en estos escenarios son constantes. Una jornada de lluvia puede cambiar por completo el aspecto del fondo, que puede quedar completamente cubierto de ramas en un temporal.
– Presencia animal. Precisamente la amplia vegetación antes mencionada provoca que las lagunas suelan estar
habitadas por gran cantidad de aves e insectos, los cuales suelen formar parte de la dieta diaria de los peces del
lugar (lo que en muchas ocasiones juega en contra del pescador, ya que el pez hará caso omiso al cebo que le presentemos). También puede suceder lo contrario, y es que algunas charcas rurales padecen sobrepoblación de basses. En estos casos el ratio entre depredadores y presas no es el idóneo y los peces se encuentran literalmente hambrientos pero no hay comida para todos por lo que su crecimiento se estanca.
– Cortos periodos de actividad. Si queremos pescar ciprínidos o depredadores en laguna debemos tener mucha paciencia y visitar la zona siempre que podamos, en diferentes épocas del año.
– Sin lugar a dudas uno de los grandes problemas de la pesca en estos lugares, y que hace desistir a más de un aficionado, es que se necesitan muchas horas, muchos días de prueba, antes de conseguir el ansiado resultado (aunque cuando llegue, de verdad merecerá la pena).
– Otro problema que podemos encontrar es que en estos pequeños embalses de fondo plano y profundidad constante las coberturas naturales son escasas. La solución está en colocar esas coberturas que atraigan a los peces. Seis o siete tipos distintos de troncos o ramas bien ubicadas en una de estas charcas proporcionarán una pesca excelente de forma continuada.
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