La legislación recientemente aprobada por la Junta de Castilla y León guardaba una sorpresa para los pescadores segovianos. A partir de 2014, únicamente se podrá practicar la pesca con muerte en los cotos. En los tramos libres únicamente estará autorizada la pesca sin muerte, entendiendo como tal la que se practica de tal forma que los ejemplares capturados son devueltos vivos al agua de procedencia inmediatamente, causándoles el mínimo daño posible.
En Segovia, la mayoría de los pescadores han reprobado esta medida. “Está visto que lo único que se persigue es que quien quiera llevarse una trucha a casa deba pagar por ella”, advierte Óscar Santiago, de Pinillos de Polendos. “¿Qué pasa con el abuelo que lleva toda la vida yendo al río a coger dos truchas?”, agrega este pescador, “indignado” con la nueva normativa. Tampoco le gusta a Diego Manrique, de Pedraza, la prohibición de llevarse en la chistera un ejemplar capturado en un tramo libre. “Esto de la pesca —relata— va de mal en peor. A este paso, si quieres disfrutar un rato no va a quedar más remedio que ir a la piscifactoría de Vivar de Fuentidueña”. Manrique propone, a modo de protesta, que los pescadores dejen de sacar licencia de pesca. Javier García Herrero, otro pescador segoviano, pronostica que la prohibición de la pesca con muerte fuera de los cotos fomentará el furtivismo. Además, critica diversas decisiones tomadas por la Junta, al estimar que ha sido “demasiado permisiva” en algunos cotos. “En Segovia —dice— la población de trucha autóctona no es especialmente boyante, y por eso no entiendo que cotos que antes únicamente eran sin muerte, como Pajares o Las Pegueras, ahora se permita un día a la semana la pesca con muerte”. A García Herrero, autoconsiderado como “un pescador conservacionista”, le gustaría que su hijo conociera truchas autóctonas en los ríos segovianos, pero no cree que lo consiga. “Al paso que vamos, me imagino que en unos diez años desaparecerán; es una pena”, señala.
Desde la Junta de Castilla y León se asegura que la apertura o el cierre de un coto requiere un meticuloso trabajo de los técnicos. Personal del Servicio Territorial de Medio Ambiente realiza trabajos de muestreo, con pesca eléctrica, para conocer las poblaciones de peces en un tramo concreto. Con arreglo a las piezas capturadas se elabora una pirámide de población, herramienta cuyos resultados acaban decidiendo si se abre o se cierra un coto de pesca.
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