La costa arousana se ha convertido en un caos, y los efectos en el litoral se hacen notar de una manera especialmente significativa en la fachada atlántica, entre San Vicente de O Grove y Sanxenxo.
En A Lanzada, donde hace días soplaron vientos de hasta 122 kilómetros por hora, la fuerza de las olas hace que el mar llegue hasta el cordón dunar, comiéndose por completo toda la zona de playa.
Y eso a pesar de que este emblemático arenal de más de dos kilómetros de longitud tiene un ancho medio en pleamar de 40 metros; pero estos días el océano no entiende de fronteras, por eso golpea con virulencia contra las dunas y, en algunos tramos, castiga hasta límites insospechados al sendero peatonal de madera que avanza de un extremo a otro del istmo.
En la zona donde se encuentran los límites fronterizos de O Grove y Sanxenxo se observa esta circunstancia con facilidad, puesto que allí el paseo está más próximo a la orilla.
El viento y el mar arrancaron accesos de madera que iban desde el paseo hasta la playa, al igual que tiraron torretas de vigilancia de los socorristas y vallas empleadas para proteger el cordón dunar.
En otras partes de la playa de A Lanzada también se constatan daños similares, además de localizarse algunos paneles informativos rotos en mil pedazos, junto a contenedores de basura y papeleras tirados.
Por si esto fuera poco, con la acción del viento se desplaza la arena, que ya enterró completamente algunos tramos del paseo marítimo.
Y cuando las olas dan una tregua o el agua se retira mínimamente, la orilla de A Lanzada queda repleta de escombros de todo tipo, como plásticos, botes, botellas, trozos de madera, ingentes cantidades de conchas, trozos de redes y de cuerdas, nasas o artes de pesca prohibidas, entre otros objetos.
Sin olvidar la presencia de cadáveres de animales en descomposición, entre ellos el de una foca que ya apareció en A Lanzada hace días, pero que nadie recogió aún.
Los destrozos son evidentes en otras muchas playas y paseos de la comarca, pero como parece lógico, en A Lanzada se notan mucho más los desperfectos, ya que está expuesta a las mayores rachas de viento y a la ira del embravecido Atlántico.
Cabe apuntar que los servicios municipales de limpieza no van a actuar en paseos como A Lanzada porque no tendría sentido hacerlo ahora que se repite un temporal tras otro. Para afrontar la limpieza del arenal y la reparación de los paseos marítimos habrá que esperar a que mejoren las condiciones del tiempo. El objetivo es que, al menos, puedan estar en óptimas condiciones para las próximas vacaciones de Semana Santa.
Fuente: Faro de Vigo
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