Las previsiones del Carlos García Touriñán, director de Área de Seguridad y Movilidad, de que iba a ser uno de los peores temporales del mar se cumplieron. No hubo tantos daños como en los anteriores, porque es imposible tirar lo que ya no existe. Sin embargo, las olas dejaron imágenes impactantes en toda la costa y levantaron hasta el pavimento de la zona de las Esclavas, una de las áreas más vapuleada por las mareas.
También cerca de allí, el mar dejó a su paso peces muertos, que se vieron arrastrados. Una de las imágenes más compartidas ayer tarde en las redes sociales era la de un congrio en el paseo junto a las Catalinas. El plan puesto en marcha por el Ayuntamiento se cumplió y desde las cinco de la tarde hubo cortes de la circulación primero en la zona de Modesta Goicouría y posteriormente también junto a Salesianos. A las nueve de la noche volvía abrirse al tráfico, después del trabajo de los seis camiones del personal de limpieza que se desplazaron a la zona, y que fueron reforzados con personal de mantenimiento del mobiliario urbano, de alcantarillado y técnicos para revisar el suministro eléctrico. Si espectacular eran los daños en las Esclavas, también lo fueron en el Acuario, donde el agua penetró en las instalaciones, rompió una vidriera del restaurante y hubo que cerrar incluso el aparcamiento.
También se vieron afectados algunos establecimientos de la avenida de Buenos Aires, teniendo que emplearse a fondo los propietarios para evacuar el agua que entraba en los bajos. El agua llegó al paseo de Adormideras, a la zona de menhires, al Matadero, hasta Hacienda, el ambulatorio de San José, el Playa Club y San Roque. Para compensar, el temporal trajo turistas obligados, los del crucero Aida Sol, que retrasó su marcha a hoy.
Fuente: La Voz de Galicia
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