viernes, 22 de agosto de 2014
Una partida de mejillón gallego activa la alerta sanitaria en Francia
El sector mejillonero de Galicia sufrió ayer un nuevo revés a causa de la toxina. Una partida de mejillón extraído en diferentes puntos del litoral gallego y que llegó al mercado en Francia ha intoxicado a más de 60 personas en este país. Dada la situación, las autoridades galas decidieron activar una alerta sanitaria que todavía continúa y que comenzó el martes, después de que empezasen a sucederse los casos. La Xunta, a través de la Consellería do Mar, confirmó ayer estos hechos, pero no especificó la procedencia exacta del molusco. Lo que sí está contrastado es que el bivalvo procedía de diferentes lugares de la costa gallega.
Las autoridades francesas hicieron público el martes la alerta sanitaria a través del sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (Rasff), que cuenta con una red informática que utilizan las autoridades de la Unión Europea para llevar a cabo el control oficial de alimentos e intercambiar información sobre las medidas adoptadas tras la detección de algún riesgo. En su notificación, el Gobierno francés detalló que existía una partida de mejillón procedente de España que estaba en malas condiciones, a la vez que contactaba con la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), que depende del Ministerio de Sanidad, para dar cuenta de lo sucedido.
La Xunta, en concreto las consellerías de Sanidade y Mar, fueron notificadas para que emitiesen un informe en el que se explique cuál es el sistema de control que está ejecutando en las zonas de las que procede la partida de mejillón.
Fueron, precisamente, fuentes oficiales del Ejecutivo autonómico las que ayer no quisieron dar más datos alegando que todavía se están redactando informes y que su contenido no es público. «A alerta sanitaria alude a unha intoxicación por moluscos bivalvos procedentes de España que foron retirados do mercado. Inmediatamente a Consellería de Mar facilitou toda a información solicitada referente á trazabilidade de todos os lotes enviados aos operadores franceses. Dende o Intecmar lembramos que o sistema de control cumpriu estritamente os pasos que establece a lexislación vixente».
La Xunta informó también de que no tiene constancia de que existan alertas sanitarias en otros países, y espera que los casos que se han dado en Francia sean aislados, ya que el Gobierno gallego, asegura haber cumplido el protocolo con rigurosidad.
El secretario xeral do Mar, Juan Maneiro, no escondía ayer los perjuicios que puede acarrear esta alerta, pero, a la vez, se mostró muy prudente al asegurar: «Toda cautela es poca. Hay que demostrar que el alimento, por ejemplo, no se intoxicó durante el viaje, o mientras se cocinaba, o con algún ingrediente que lo acompañaba. Con Francia ya tenemos antecedentes de alertas sanitarias que, en algún caso cancelaron la exportación del molusco, pero al final no pudieron demostrar que se tratase de mejillón, y mucho menos que fuese gallego. Ahora lo importante, y es en lo que estamos desde que el martes tuvimos conocimiento de la noticia, es conocer el origen exacto de esta partida para saber su trazabilidad e intentar saber si la causa de esta presunta intoxicación procede de nuestra costa. Con Italia también tenemos antecedentes que no se demostraron».
La alerta francesa cogió por sorpresa al sector. Álex Tubío, presidente de la Asociación Arousa Norte (que aglutina a varias agrupaciones de esta ría) señaló: «Non é a primeira vez que Francia lanza alertas deste tipo que logo non se confirman. En Galicia temos un sistema de detección que é un referente en Europa». Estas ideas eran compartidas ayer por distintos bateeiros representativos del sector.
La toxina remitió lo suficiente en el polígono Vilargacía A para que el Instituto Tecnolóxico de Control do Medio Mariño (Intecmar) decidiese ayer abrirlo a la extracción de mejillón. Es el primero de la ría de Arousa que vuelve a funcionar con normalidad y, de momento, también el único. Además de esta instalación, también se puede comercializar molusco en tres polígonos de Redondela y los dos de la ría de Sada. Por tanto, hay seis abiertos frente a 45 cerrados.
La directora del Intecmar, Covadonga Salgado, ya avanzó el miércoles que habían detectado una leve mejoría de la afección de la marea roja. Ayer, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, no quiso cifrar en cuantos días se podrían abrir más polígonos, pero remarcó que es «previsible» que si desciende el número de células que producen la toxina, también lo haga la toxicidad de los productos del mar. Quintana no descartó ampliar la línea de ayudas a los bateeiros más afectados por la toxina. Recordó que aún están resolviendo las del año pasado.
La que no mejora es la situación de los bancos marisqueros. El Intecmar decretó el cierre por toxina de la ría de O Vicedo-O Barqueiro. En la misma situación permanecen las de Cedeira, Camariñas, dos zonas de la de Muros-Noia, otras tantas de la de Arousa, tres en Vigo y las cinco de Pontevedra. Ares I ha reabierto.
Mientras en Sada se descarga todo el mejillón posible aprovechando que está libre de toxina, en la ría de Arousa, la más importante para el sector bateeiro gallego, no queda otra que resignarse y cruzar los dedos para que la marea roja se disipe. Eso, e intentar darle «todos os «mimos posibles» -tal y como señalaba un productor- al bivalvo para que no se vaya al fondo. De ahí que se continúe yendo a las bateas a hacer desdobles y labores de mantenimiento.
En esos viajes de las mejilloneras a los muelles hay un tema de conversación cada vez más frecuente: los productores dicen que el mejillón está flojo en las cuerdas y que si la marea roja se prolonga se corre el riesgo de que la producción acabe descolgándose. Esta situación se vivió el año pasado, cuando el episodio tóxico veraniego se alargó en el tiempo y el mejillón se acabó yendo al fondo. Hubo productores que aseguran que perdieron un porcentaje grande la cosecha.
Unos y otros insisten en que como mucho el bivalvo puede aguantar bien hasta mediados de septiembre, siempre y cuando antes no haya temporales, cosa poco probable. La incógnita es si en esa fecha estará libre o no la ría de la dichosa marea roja.
Fuente: La Voz de Galicia
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