La costa del sur de Gran Canaria cuenta con la primera granja que se dedica en exclusiva a cultivar lubinas con alimentos y métodos ecológicos, un pescado más caro que sus parientes convencionales, pero también más rico en Omega 3 y cuya producción se exporta hoy a Estados Unidos y Canadá.
El director y copropietario de la empresa que impulsa este proyecto, Naturally Atlántico, Rafael Bernárdez, sostiene que el producto puede parecer el mismo, una lubina, pero su sabor y calidad "no tienen nada que ver" y dice que aquellos que lo prueban le dicen que perciben la misma diferencia que existe entre el jamón de cerdo alimentado con bellotas y el resto: "En el mar ocurre lo mismo".
En declaraciones a Efe, Bernárdez reconoce que el pescado de cultivo no sabe igual que el salvaje, pero, desde su punto de vista, "es un mejor producto porque está mucho más controlado".
"La gente piensa que la lubina salvaje, como vive libre en el mar está limpia, pero desconoce si ha pasado por una zona contaminada y contiene metales pesados, mientras que en nuestra producción sí se analiza", destaca.
En ese sentido, Bernárdez agrega que un pescado en estado salvaje no come todos los días, sino solo cuando caza, mientras que la lubina de acuicultura lo hace a diario, por lo que su índice graso es muy superior. "Eso es calidad y, además, supone más Omega 3, ya que la salvaje no se alimenta todos los días y, lógicamente, no tiene tanta grasa", ha apuntado.
La empresa Naturally Atlántico llevó su producto hace dos semanas al que hoy es uno de los referentes de la cocina mundial, el Basque Culinary Center, donde está Juan Mari Arzak, entre otros grandes cocineros.
"Les llevamos tres cajas para que las probaran y me dieran su opinión. Eso fue un martes y, el miércoles, ya hicieron un pedido", señala el director de la empresa.
Este industrial canario explica que, al contrario que en la acuicultura convencional, que busca el máximo producto al mínimo coste, la lubina ecológica persigue el mejor producto posible y, para ello, los peces los crían y los alimentan en "las mejores condiciones".
"El 99 por ciento de lo que come la lubina es producto ecológico y sus condiciones de vida son ecológicas, pero nos falta cerrar el ciclo para decir que desde que nace hasta que llega al consumidor el pescado es totalmente ecológico", añade.
Para ello, se precisan peces alevines ecológicos y, para conseguirlos, hace falta un mínimo de producción que, hoy por hoy, "es un lujo imposible".
Sin embargo, Naturally Atlántico mantiene un plan de desarrollo con el grupo de investigación acuícola de Gran Canaria y espera conseguirlo dentro de unos dos o tres años.
Bernárdez asegura que su empresa es la única en España que se dedica en exclusiva a producir "ecolubinas", porque la otra compañía que trabaja con ellas es murciana, produce 100 toneladas de pescado ecológico y 15.000 de pescado de acuicultura convencional.
En Europa, solo en Grecia tiene otras dos empresas similares, pero también comercializan solo una pequeña parte no convencional.
"Este año queremos llegar a las 200 toneladas y en el 2015 la meta es duplicar la producción, algo que no es fácil porque el mundo financiero, hasta ahora, está revuelto y conseguir dinero es casi un hecho heroico", reseña este directivo.
Rafael Bernardez está "contento" porque actualmente vende casi el cien por cien de su producción como ecológica y destaca que su lubina ya la exporta a Canadá y Estados Unidos y, además, están a punto de cerrar otros contratos con Francia y Reino Unido.
También indica que los consumidores le han pedido que saque al mercado una "ecolubina" de un kilo y que, a pesar de que su costo es casi el doble que la convencional, el año que viene lo harán.
"De hecho, hemos solicitado un proyecto de desarrollo de nuevo producto y veremos que pasará porque será muy cara. Sin embargo, si la gente lo valora y la compra, será porque hay mercado", añade.
Una pequeña empresa familiar canaria con un amplio mercado internacional. Naturally Atlántico, la sociedad que dirige Rafael Bernárdez, produce en Juan Grande lubina ecológica para exportarla a países como Canadá y Francia.
¿Qué es la ecolubina?
La ecolubina es una lubina cultivada en condiciones ecológicas, según la normativa europea de producción ecológica que se aprobó en el año 2011. Lo que hacemos es intentar reproducir las condiciones de cultivo de la lubina salvaje, aportarle lo que come de forma natural y que viva bajo una densidad de ejemplares menor.
¿Cómo nota el cliente las diferencias entre una lubina ecológica y otra normal?
He hecho catas profesionales, con chefs con una y dos estrellas Michelin, y todos me han comentado lo mismo: que el pescado además de ser ecológico es diferente. Ellos me dicen que es lo más parecido a una lubina salvaje que han catado nunca. No tiene nada que ver con una lubina no ecológica. Estamos hablando de un producto absolutamente top, premium. Por ejemplo, un jamón de bellota no tiene nada que ver con uno normal. Los dos son jamones, pero no se parecen en nada en cuanto a calidad y precio. Con la lubina ocurre lo mismo. No es lo mismo la que se cultiva de forma normal con la ecológica.
Entonces, ¿es un producto que va destinado a un cliente con un poder adquisitivo alto?
Sí. La ecolubina nunca será un alimento de masas, nunca será barato. Mi objetivo es no venderlo al mayor precio, sino darle un mayor valor. ¿Cómo? Vamos a intentar producirlo lo más eficiente posible, con los menores costes pero al mismo tiempo entregar la máxima calidad posible para que el valor percibido por el cliente sea el máximo.
¿Canarias es un buen lugar para cultivar esta variedad de pescado?
Canarias en general es el mejor lugar de Europa para cultivar lubina, ya sea ecológica como no ecológica. Estamos aquí porque estamos convencidísimos de que nos encontramos en el mejor sitio del continente. ¿Por qué? Pues porque estamos en un océano con aguas limpias.
La temperatura del agua también es un factor importante.
El Archipiélago, como zona geográfica, tiene un gran recurso medioambiental que además es prácticamente eterno. Y es que sus aguas fluctúan durante todo el año entre 19 y 24 grados. Eso es increíble, porque para el mercado significa que la lubina va a crecer durante doce meses al año. Eso no ocurre en ningún otro lugar de Europa, ni el sur de España ni en Grecia, por poner dos ejemplos. Hay sitios donde la temperatura es más alta y tienen un problema durante el verano, porque la lubina sufre cuando el agua pasa de los 25 o los 26 grados. Canarias es una zona óptima para el cultivo de este tipo de pescado, lo ha sido siempre, lo que pasa es que quizás hemos ignorado un poco el sector acuícola en favor del turismo.
¿Cómo se les ocurrió emprender este proyecto con este pescado del que apenas hay tradición en las Islas?
El proyecto original arrancó hace más de diez años, cuando empezamos a solicitar la concesión administrativa, que tardamos ocho años en conseguir. Pero operativamente la empresa tiene dos años y vendiendo apenas llevamos 14 meses. Es un producto muy nuevo del que apenas existe producción a nivel europeo. Y lo hicimos casi por necesidad, porque no tenemos dinero y no podemos pelear con los grandes. Pero sí podemos entrar en un mercado muy pequeño como es el de la ecolubina. Uno de mis socios conoce el mundo del salmón ecológico y se percató de que no había lubina ecológica. Y con eso arrancamos. Ahora El Corte Inglés en Canarias sólo vende este tipo de lubina.
¿Con que dificultades se han encontrado durante estos primeros 14 meses?
Básicamente, con el hecho de que al ser un producto nuevo nos ha costado muchísimo lograr convencer a todo el canal de comercialización. Nos hemos visto con la paradoja de que los mayoristas querían adquirir nuestro pescado, pero luego, como éste no era conocido, no lo vendían. Nos ha costado mucho tiempo, pero hoy por hoy los mejores clientes de España, que para mi son El Corte Inglés y Makro, adquieren ecolubina de Naturally Atlántico. Y el consumidor, una vez lo prueba, le encanta y ya no lo perdemos.
Llevan muy poco tiempo en el mercado pero ya exportan parte de su producción.
Desde que comenzamos, hace como un año, un grupo canadiense se interesó por nuestra actividad. Sin embargo, ha sido muy difícil cumplir con todas las normativas y exigencias, tanto las que nos imponían la empresa que nos adquiría la lubina como las del propio gobierno canadiense. Ahora llevamos apenas tres meses vendiéndoles. También estamos empezando a mandar pescado a Francia y esperamos empezar a exportar a Inglaterra, donde nuestro objetivo es conseguir en breve un acuerdo con uno de los mejores clientes del país anglosajón, que es como El Corte Inglés de allí. Y en volumen, un cuarto de tonelada semanal es enviada fuera de España y creemos que con el paso del tiempo las esta cantidad aumentará.
¿Les beneficia la marca Canarias para introducirse en el mercado internacional?
Creo que es muy beneficiosa. Cuando hablo con un alemán, un inglés, un francés o un canadiense, todos saben donde está Canarias y la imagen que tienen del Archipiélago es muy positiva. La gente viene de vacaciones y todo lo que esté asociado a sus vacaciones, subconscientemente, es un gran atractivo. Yo quiero transmitir esa imagen. Lo que pasa es que no existe una marca canaria como tal, aunque nosotros ya le ponemos una etiqueta verde en cada pescado para que se vea que es producida por Naturally Atlántico y las cajas llevan un adhesivo que informan de que procede de Canarias.
¿Los productos ecológicos están en auge?
Se habla de que en Europa el sector de los productos ecológicos está creciendo entre un 15 y un 20% anual. En España también, pero no tanto. En el caso del pescado, como hay tan poco, las estadísticas son realmente irrelevantes, pero si hace tres años no existía la lubina ecológica ahora se producen prácticamente mil toneladas. No es un volumen muy grande, pero el crecimiento sí que es importante.
De esas mil, ¿cuántas se cultivan en las piscifactoría de Naturally Atlántico en Juan Grande?
Tenemos 300 toneladas aproximadamente. Somos el mayor productor en cuanto a volumen, pero es una producción pequeña en relación con otras grandes granjas de lubina normal, que producen mil toneladas al año o más.
¿La crisis económica les ha afectado?
Desde el punto de vista financiero, por supuesto que nos ha afectado. Conseguir financiación cuando arrancamos la empresa en el año 2011 no es que fuera difícil, era prácticamente imposible. Desde el punto de vista de la demanda, como nos encontramos en una fase en la que estamos haciendo mercado no la hemos notado. Estamos yendo a clientes de alta gama, por lo que siempre va a haber consumidores con capacidad económica que quieran comprar nuestro pescado.
Fuente: Finanzas.com
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