«Lógica, pero drástica». Así ven los pescadores asturianos
la decisión del Gobierno regional de vedar la pesca de oriciu de forma
indefinida para hacer frente al agotamiento de recursos que se viene
constatando desde hace años. La decisión, según señaló ayer la Consejería de
Desarrollo Rural y Recursos Naturales, «no es definitiva, sino que supone el
inicio de un trámite sujeto a diálogo con los sectores interesados». Precisó,
no obstante, que «los últimos informes científicos acerca del estado del oriciu
revelan una desaparición progresiva de los bancos explotables de este recurso,
y ponen de relieve la necesidad de adoptar una veda permanente en la extracción
del mismo». Recordó, asimismo, que «la consejería actúa de manera responsable
con esta especie con medidas como el establecimiento en 2013 de una veda de
ocho meses para intentar la recuperación o la realización de programas de cría
en cautividad y repoblación por parte del Centro de Experimentación Pesquera».
La medida, agregó, «lejos de ser improvisada, está basada no solamente en el
consejo científico sino en diversas reuniones y encuentros con el sector
profesional y recreativo, en los que todos manifestaron la necesidad de la
adopción de medidas ante el preocupante estado de la especie».
Algo que confirmó la Federación de Cofradías de Pescadores
de Asturias por boca de su presidente, Dimas García. «Hace tiempo que sabemos
que el recurso está muy mal, así que nos reunimos y hablamos de la necesidad de
tomar medidas, pero esto nos parece demasiado drástico. Presentaremos
alegaciones a la propuesta del Principado, pues apostamos más por una veda de
duración determinada, de unos tres o cuatro años, tras los cuales habrá que
realizar un estudio para saber si hay que prolongar la prohibición o si se
puede levantar», explicó a EL COMERCIO.
De la misma opinión es Jairo García, pescador profesional de
oricios. «Me crié entre ellos y la verdad es que da pena comprobar lo arrasado
que está todo. Zonas que antaño tenían grandes espesores de estos animales, hoy
están peladas, se nota el cambio a simple vista de un año para otro», señaló.
Por este motivo se mostró partidario de la veda y reconoció que le parece «muy
fuerte» que los pescadores recreativos critiquen la medida. «No se puede meter
a todos en el mismo saco, pero yo que estoy a diario en la mar, veo a muchos
que no respetan ni el peso ni la talla», aseveró.
También se manifestaron a favor de restringir la pesca en la
Cofradía del Oriciu. «Eso sí, siempre que se trabaje para repoblar la especie.
La idea es que vuelva a haber tanta cantidad como antiguamente, cuando se
pescaban en la playa sin necesidad de arriesgar la vida», señaló el presidente
de la cofradía, Alberto Fernández. El efecto para el consumidor, agregó, será
mínimo. «No lo vamos a notar porque en la actualidad entre un 80% y un 90% de
lo que consumimos viene de fuera de la región, de forma que esto no es el
acabose, sino un punto y seguido muy necesario», apostilló.
Una apreciación, esta última, que corroboraron tanto el
gerente de la empresa conservera Agromar, Armando Barrio, como el
comercializador gallego de oricios Jesús Pedreira. «A nosotros no nos afectará
la veda porque el oriciu que usamos viene de Galicia. De lo de aquí apenas se
vende nada, pues es casi todo pesca recreativa», indicó Barrio.
«Me parece una medida correcta, y no porque me vaya a
beneficiar, que no creo que note ningún cambio, sino porque hay que pensar en
el futuro de la profesión. Los pescadores deben entender que esto se hace por
su bien», manifestó Pedreira, quien instó a fijarse en la forma de proceder de
la comunidad vecina. «Las zonas de cría siempre se respetan y los propios
pescadores son quienes imponen las vedas cuando un recurso peligra», explicó
Fuente: El Comercio
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