domingo, 4 de noviembre de 2012

La Xunta decidirá a final de año si mantiene la corteza en el Umia


Una de las reposiciones de los sacos con corteza de eucalipto realizadas por operarios en el embalse del Umia, en Caldas


Después de casi dieciséis meses todavía no hay resultados concluyentes sobre el impacto que la aplicación de corteza de eucalipto triturada tiene sobre la proliferación de cianobacterias en el embalse del Umia. Desde que en julio del 2011 la Xunta inició este tratamiento experimental con cáscara en la lámina de agua de la presa de A Baxe (Caldas) no se han hecho públicos datos concretos sobre su incidencia.

Los pasados días 19, 22 y 23 de octubre tuvo lugar la reposición de la corteza de eucalipto que está sumergida y suspendida mediante unas estructuras flotantes -inicialmente 120 a distintas profundidades-. En esa dosis de reposición se emplearon 5,5 toneladas de cáscara, lo que equivale a 200 kilos por hectárea. En total fueron 1.100 sacos los que se cambiaron, según indicaron fuentes de la Consellería de Medio Ambiente.

Desde el departamento que dirige en funciones Agustín Hernández se precisó que esta dosis se mantendrá hasta finales de año, cuando se tomará una decisión sobre la continuidad o no de este tratamiento experimental. En esta ocasión, desde la consellería no se facilitó la cuantía económica de esta última actuación. Un importe que se suma al presupuesto inicial (344.333 euros) y a los 18.000 euros de la aplicación de cáscara que se hizo a finales del pasado invierno.

La Administración autonómica decidió exportar al Umia una iniciativa llevada a cabo con éxito y de forma pionera en el 2010 en la presa de As Forcadas, en Valdoviño. El objetivo que se persigue es, si no evitar, sí combatir y minimizar la proliferación de la cianobacteria Microcystis en el embalse de A Baxe. Un alga que tiñe el agua de verde, llegando a condicionar el abastecimiento al colapsar la depuradora. Algo que parece solventado con la nueva captación.

Cuando en el 2011 se aplicó la dosis inicial (22,5 toneladas) a las 45 hectáreas de la lámina de agua, el presidente del organismo Augas de Galicia, Francisco Menéndez, hizo hincapié en que se trataba de una «medida paliativa» incluida en el Plan Umia y no de una solución milagrosa.

El alga del Umia, descubierta en el 2006 tras el incendio y posterior vertido químico de Brenntag, se multiplica cada año con la llegada del verano por un aporte de fósforo que desde Medio Ambiente se considera «desproporcionado». Lo que se busca con la corteza de eucalipto es que proliferen otros organismos que compitan con la cianobacteria, añadiéndole nutrientes.

  

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