El esqueleto de la ballena que acogerá el el Museo del Mar pertenece al Centro de Interpretación As Telleiras, ubicado en Vilalonga (Sanxenxo) |
La pieza estrella elegida para la nueva exposición permanente del Museo del Mar será el esqueleto de un cachalote de diez metros de longitud. La armadura ósea de uno de los mayores cetáceos que habitan los océanos pertenece al Centro de Interpretación As Telleiras, ubicado en Vilalonga (Sanxenxo), donde se muestra al público desde 2010. Su complejo traslado hasta las instalaciones de Alcabre se producirá, previsiblemente, entre octubre o noviembre.
La incorporación de este esqueleto de ballena pondrá el colofón a la exposición permanente que el centro museístico inaugurará en las próximas semanas centrada en la historia de la navegación científica y la oceanografía. "Será una sala de una envergadura bastante importante y con ella pretendemos dar un discurso museográfico coherente con el ya existente del gabinete científico", explicó el conselleiro de Cultura.
Jesús Vázquez quiso agradecer a la alcaldesa de Sanxenxo la cesión "en depósito" del cetáceo, al tiempo que avanzó que acompañarán a "esta magnífica pieza" otros elementos que formarán parte del conjunto expositivo, "desde la propia réplica del Beagle (el legendario barco que empleó Charles Darwin en sus expediciones alrededor del mundo) hasta colecciones de aves marinas y de malacología", agregó.
La ballena varó en la playa de Montalvo en marzo de 2003 |
La directora Marta Lucio, a quien Vázquez agradece su implicación en la "potenciación del museo", ya está planificando la ubicación del esqueleto. "Hemos pensado que para darle mayor espectacularidad lo colgaremos del techo y también de esta manera el público podrá observarlo muy de cerca y con todo grado de detalle", apuntó. Respecto al traslado desde Sanxenxo hasta Vigo, Lucio califica la operación como "muy compleja". Contarán para ello con el asesoramiento de la Coordinadora para o Estudio dos Mamíferos Mariños (Cemma), el colectivo que mejor conoce la pieza, no en vano intervino en el varamiento de la ballena y dirigió el posterior y lento tratamiento aplicado a los huesos necesario para su exposición pública.
No serán las únicas novedades de lo que pronto mostrará el Museo de Mar. El conselleiro reveló que en breve firmará un convenio con la Autoridad Portuaria que permitirá exponer en Alcabre piezas históricas almacenadas en el archivo portuario. Entre ellas citó el último mecanismo que generaba los destellos del faro de Cíes.
El conselleiro asegura que estas iniciativas junto a las inversiones destinadas en los últimos años -"no de gran cuantía pero sí de resultados positivos", puntualiza- demuestran "el interés de la Xunta y de la Consellería de Cultura en revitalizar, darle vida y proyección de futuro" al centro de Alcabre.
El conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez, también habló de las ayudas que destina su departamento al Museo de Arte Contemporáneo de Vigo. Aclaró que el Marco "pertenece al Concello", y a esta administración corresponde, a su juicio, "hacer una apuesta clara". "El apoyo de la Xunta quedó claro desde el momento en que nosotros firmamos el año pasado el convenio con 140.000 euros euros", enfatizó. Y esta ayuda -"de cuantía muy importante hoy en día para nosotros", apostilló- fue concedida pese a que el centro, insistió, "no depende de la consellería, sino que es municipal". Y para resaltar la importancia de esa cifra, aseguró que su departamento "tiene museos que reciben menos fondos que el Marco," y que los presupuestos de su consellería han menguado "de forma significativa".
No obstante, Vázquez, además de garantizar que la Xunta mantendrá la aportación económica, se ofreció a establecer "sinergias" entre el Marco y el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC).
Como tantos otros mamíferos marinos que acabaron muriendo en los meses posteriores al hundimiento del Prestige sin que nunca quedase probada la relación entre su muerte y el vertido de crudo, la ballena cuyo esqueleto expondrá el Museo del Mar apareció varada en la playa de Montalvo (Sanxenxo) en marzo de 2003. Pese al tiempo transcurrido, Alfredo López, portavoz del Cemma, tiene presente la imagen de aquella hembra de cachalote de diez metros y otras tantas toneladas de peso. "Fue una doble tragedia porque tenía una cría dentro a punto de nacer", rememora.
La cría, de 3,5 metros de longitud, yacía colocada fuera del útero de su gigantesca madre. "Nosotros concluimos que su fallecimiento pudo deberse a un problema en la gestación", sostiene López. Él y otros miembros de su colectivo se emplearon a fondo ese y los días posteriores en el inicio de una tarea que concluiría cuatro años más tarde. Primero empezaron por retirar la carne y los huesos. Estos se introdujeron en un sarcófago de madera construido en la misma playa. A continuación se transportó el ataúd a Ferrol, donde permaneció enterrado bajo la supervisión de la Sociedade Galega de Historia Natural; y durante los años posteriores se realizaron varias catas para comprobar el estado de la limpieza. Al final, del centenar de piezas que componen la armadura ósea del cetáceo se recuperaron la mayoría, mientras que el resto acabaron recomponiéndose en un estudio especializado de Sevilla.
No obstante, Vázquez, además de garantizar que la Xunta mantendrá la aportación económica, se ofreció a establecer "sinergias" entre el Marco y el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC).
A la cría que llevaba dentro le faltaban pocos días para nacer |
Como tantos otros mamíferos marinos que acabaron muriendo en los meses posteriores al hundimiento del Prestige sin que nunca quedase probada la relación entre su muerte y el vertido de crudo, la ballena cuyo esqueleto expondrá el Museo del Mar apareció varada en la playa de Montalvo (Sanxenxo) en marzo de 2003. Pese al tiempo transcurrido, Alfredo López, portavoz del Cemma, tiene presente la imagen de aquella hembra de cachalote de diez metros y otras tantas toneladas de peso. "Fue una doble tragedia porque tenía una cría dentro a punto de nacer", rememora.
La cría, de 3,5 metros de longitud, yacía colocada fuera del útero de su gigantesca madre. "Nosotros concluimos que su fallecimiento pudo deberse a un problema en la gestación", sostiene López. Él y otros miembros de su colectivo se emplearon a fondo ese y los días posteriores en el inicio de una tarea que concluiría cuatro años más tarde. Primero empezaron por retirar la carne y los huesos. Estos se introdujeron en un sarcófago de madera construido en la misma playa. A continuación se transportó el ataúd a Ferrol, donde permaneció enterrado bajo la supervisión de la Sociedade Galega de Historia Natural; y durante los años posteriores se realizaron varias catas para comprobar el estado de la limpieza. Al final, del centenar de piezas que componen la armadura ósea del cetáceo se recuperaron la mayoría, mientras que el resto acabaron recomponiéndose en un estudio especializado de Sevilla.
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