Con la temporada de salmónidos finalizada, uno de los objetivos más interesantes desde el punto de vista del pescador deportivo puede ser el lucio. Podremos aprovechar las últimas salidas de la temporada, antes de que llegue el frío invierno en la búsqueda de los combativos lucios.
Sin duda, septiembre y octubre si las condiciones climatológicas acompañan, son dos meses excelentes para tentar con éxito a este agresivo depredador.
El lucio europeo tiene un cuerpo largo, de forma casi cilíndrica. La cabeza, relativamente larga, tiene una boca con forma de pico de pato que se abre hacia arriba. La aleta dorsal, de tamaño relativamente largo, se extiende hacia atrás. El color varía con el hábitat, la espalda es normalmente de color verde-café, la coloración cambia hacia tonos más claros acercándose al vientre blanco. Las mandíbulas están provistas de dientes especializados, al igual que la lengua y los arcos de las agallas. El lucio posee entre 110 y 130 pequeñas escamas a lo largo de la línea lateral.
El tamaño promedio está situado entre unos 50 cm y 1 metro. Existen ejemplares de hasta metro y medio y pesos de hasta 25 kg. El peso típico del lucio de lago es entre 0,5-3 kilos. En las mejores aguas, son normales lucios de 3-5 kilos, si bien no se encuentran todos los días.
Anualmente se pescan en abundancia lucios de entre 5-10 kilos en diferentes zonas acuáticas. Para conseguir piezas de más de 10 kilos hay que tener ya bastante suerte.
El lucio fue introducido en los años 50 por la Administración para la pesca deportiva, y se ha expandido a muchos lugares de la península. Se encuentra en la mayor parte de la península ibérica, excepto en Galicia, con mayor abundancia en los embalses del Júcar, ríos castellanos y leoneses y Extremadura.
Es un pez de hábitat firme que prefiere las orillas con chamiza y otras posibilidades de esconderse, como troncos, raíces, rocas, puentes, vegetación. Necesita una calidad de agua buena para prosperar, así como agua fresca, nivel estable de las aguas, abundancia de peces pasto y abundancia de vegetación.
Los lucios se alimentan de peces de todas las especies y de cangrejos; pueden comer alevines de su propia especie. Sapos, aves y pequeños mamíferos también pertenecen a su espectro de presa. El lucio tiene reputación de ser un pez de rapiña muy agresivo, a pesar de que pasa la mayor parte del tiempo escondido entre la vegetación y de que no come tanto como la fama que tiene de ello.
Los lucios no aguantan muy bien el calor si éste es excesivo y se van al fondo. Podemos afirmar que no les gusta el calor. Lo mismo sucede en invierno con el frío. Y hay que dejar claro que aunque el lucio tolera bastante bien el frío, también depende de en qué zonas...
Por esto mismo desde finales de agosto y hasta bien entrado el otoño podemos hablar de una época con buen potencial para la pesca del lucio. Las aguas empiezan a enfriarse gradualmente y la oscuridad de la noche se alarga, momento en que los lucios merodean en los alrededores de aguas profundas.
Durante ésta época del año que podríamos decir que empieza a finales de septiembre y se extiende hasta finales de octubre para encontrar grandes lucios a spinning lo mejor contar con embarcación para repasar con nuestros señuelos las playas y arrecifes cercanos a zonas de aguas profundas pues a veces desde orilla estas zonas quedan inaccesibles. (Algo que no sucede en febrero-marzo durante la época de desove en la que los lucios se acercan mucho más a orillas protegidas por vegetación)
Respecto a la mejor hora para pescar, a pesar de que el lucio puede pescarse a lo largo de todo el día, la mejor hora varía según la estación del año. En primavera y en verano, el lucio se muestra más activo por la mañana y al caer la tarde. En otoño, la mejor hora en que comen con avidez suele ser a mediodía. También se mueven para comer en el crepúsculo, tras la puesta de sol.
LA CAÑA.-
Sin duda la caña es el elemento más importante de todo nuestro equipo. En primer lugar debemos pensar en que escenarios de pesca vamos a utilizarla para decidirnos por una medida u otra. Para pescar este pez desde orilla es recomendable que la caña sea de una longitud entre 2,40 metros hasta 2,70.
En estas medidas disponemos normalmente de cañas monotramo o enchufables (dos tramos normalmente) las primeras ganan en precisión a costa de menor maniobrabilidad en el transporte.
El segundo aspecto a tener en cuenta es el peso, hay que tener en cuenta que durante una jornada de pesca, aparte de caminar muchos kilómetros realizamos cientos de lances por lo que es fundamental escoger una caña lo más ligera posible dentro de nuestro presupuesto. Para ello en principio descartaremos cañas de fibra de vidrio (normalmente un tercio más pesadas que las de fibra de carbono a igualdad de medidas y espesor) Nuestra elección dependerá directamente del dinero que queramos invertir, ya que una caña de fibra de carbono es notablemente más cara que en fibra de vidrio pero sin duda es una inversión que agradeceremos a largo plazo.
Por último la acción (dureza) de la caña va directamente unida al peso de los señuelos que vamos a utilizar. Normalmente pescaremos con señuelos “grandes” por lo que nos decantaremos por cañas de acción fuerte o mediafuerte. Lo más normal es que la acción de la caña venga expresada en onzas (recordando que 1 onza son 28,35 gramos).Nosotros buscaremos cañas con acciones de un intervalo que tenga de 20 a 80 gramos y 30 a 90 gramos, dependiendo del gusto, y claro está del tipo de señuelo.
CARRETE.-
Buscaremos un carrete de spinning que sea acorde a nuestra caña en cuanto a peso y medidas, de nada sirve un carrete muy potente pero que descompensa el conjunto. Dentro de las características deseables buscamos las siguientes:
– Velocidad de recuperación: En el mercado existen numerosas velocidades 3,8; 4,2; 4,8; 5,2; 5,8; 6,2.. (Indica el número de veces que gira el pick up por cada vuelta de manivela), siendo los más rápidos los de mayor número y los más lentos los de menor número, justo al contrario que con la potencia que un carrete será más potente cuanto menor sea el número. En este sentido para la pesca que nos ocupa pesa más la potencia del carrete que la velocidad de recuperación por lo que optaremos en líneas generales por carretes entre 4,8 y 5,2.
– Nº de rodamientos: Sin duda cuantos más rodamientos mejor, pero evidentemente a mayor número de rodamientos mayor precio del carrete. Entre 4 y 6 rodamientos es un número razonable en cuanto a “calidadprecio” encontraremos modelos de distintas marcas a muy buen precio.
– El freno: Lo más importante de nuestro freno es la potencia y a la vez suavidad. Potente para poder con los primero envites de un pez de grandes dimensiones y suave para que podamos forzar nuestra línea al máximo sin que nos cause ningún susto.
En cuanto a su ubicación es más una cuestión de gustos, freno delantero o trasero a gusto del pescador.
Por último la capacidad de la bobina con 150 o 200 metros del 0,30 será suficiente. Tampoco es conveniente llevar un carrete de grandes dimensiones porque nuestro equipo debes ser lo más ligero posible.
SEÑUELOS.-
Respecto a los señuelos hay una gran variedad de opciones para tentar al lucio, lo mejor es contar con un buen surtido para afrontar diferentes situaciones y escenarios de pesca entre los que incluiremos:
• cucharillas giratorias y ondulantes (un señuelo que sigue plenamente vigente hoy en día)
• Señuelos blandos (pikies o shads de vinilo) de diversos colores, tamaños y pesos. Un cebo muy versátil que funciona muy bien cuando no muestran actividad a señuelos duros.
• jerkbaits y crankbaits son señuelos que, dependiendo de si llevan sonajeros en su interior, mueven agua y suenan mucho, provocando grandes vibraciones. Hay una gran gama de modelos para la pesca del lucio.
• Spinnerbaits: El spinnerbait, también conocido como spinner, hawaiana, ó bruja, es tal vez uno de los señuelos más versátiles que hay, ya que puede ser usado con éxito bajo casi cualquier condición a lo largo del año.