El bou de vara, el bou de man, boliche o chinchorro... son
muchas las artes empleadas por la flota artesanal de la ría a lo largo de la
historia. Algunas ya desaparecieron y otras están ahora de plena actualidad,
pues su manejo diario se convierte en todo un espectáculo del que disfrutan
arousanos y visitantes. El largado de los aparejos y su recogida se hace
relativamente cerca de la costa, de ahí que puedan seguirse estas operaciones
con facilidad. Es así como llegan al mercado y al plato lenguados, sollas,
fanecas, salmonetes, nécoras, pulpos, jureles, calamares y otros muchos
productos.
FARO DE VIGO ha tenido la oportunidad de pasar un par de
mañanas con armadores y tripulantes de barcos arrastreros, prestando especial
atención a las consideradas "artes de arrastre artesanales", como
pueden ser el bou de vara y el chinchorro, también conocido como boliche y en
su momento sustituto del bou de mano o rapeta, ahora prohibido.
En el entorno de Vilanova, Cambados, A Illa y O Grove
resulta especialmente llamativa en las últimas jornadas la utilización del
chinchorro y la captura de una especie por encima de las demás, el calamar.
La actividad resulta casi tan llamativa a bordo como si se
contempla desde tierra firme, que es algo que tienen oportunidad de hacer
arousanos y visitantes en las últimas semanas, ya que el largado de los
aparejos y el momento en que estos se suben a bordo para revisar las capturas
son acciones que tienen lugar relativamente cerca de la costa.
Tanto es así que antiguamente el chinchorro o boliche se
empleaba prácticamente sobre la playa, tal y como se demostró en O Grove con
motivo de la "Festa da Salga" llevada a cabo durante los últimos
veranos en el Museo de la Pesca y la Salazón de Punta Moreiras y también
durante el encuentro de embarcaciones tradicionales desarrollado en dicho
lugar.
Lo que se hacía era escenificar sobre la arena el trabajo de
largado del boliche que se realizaba antiguamente desde las playas, recordando
así aquellos tiempos en los que este aparejo era arrastrado desde tierra firme
por varias personas.
En la actualidad esta forma de trabajo está prohibida,
permitiéndose exclusivamente la modalidad "pombeira", es decir, desde
embarcación.
Y es así cómo se está utilizando en los últimos días en la
ría, para satisfacción de quienes pueden ver de cerca el manejo de este arte
similar a la rapeta, aunque de mayor longitud.
Ambas son artes mixtas de arrastre y cerco, pues al tiempo
que se arrastra la red con el barco se van cerrado sus alas o extremos,
estrechando así el cerco sobre las especies situadas en el área de acción del
aparejo.
Con este tipo de útiles no solo se pescan calamares, sino
también pulpo, jurel, faneca, besugo e incluso centollo, camarón, sardina y
salmonete.
El boliche o chinchorro fue el arte que sustituyó a la
rapeta o bou de mano, y explican los expertos en la materia que las maniobras
de largado y recogida de ambas artes también son similares.
En el caso del primer aparejo, puede decirse que el largado
se hace de forma manual, siempre partiendo desde el punto de menor profundidad
en la zona de pesca y avanzando hacia el más profundo, situando previamente en
el lecho marino un rizón sujeto con una boya de la que parte uno de los
extremos de la red.
Lo que hace la embarcación a medida que avanza en el proceso
de largado es describir una trayectoria oval, hasta depositar en el agua todo
el paño.
Es en ese instante cuando comienza la maniobra de arrastre,
poniendo proa hacia la boya colocada inicialmente, de tal forma que se realiza
el cerco de las capturas.
Hay que puntualizar que el arrastre debe efectuarse siempre
hacia tierra y a favor de la corriente. Una vez alcanzada la boya ésta se sube
a bordo y empieza la recogida del aparejo.
Para saber más de éstas y otras artes, e incluso de las ya
prohibidas, es recomendable visitar el Museo de la Pesca de Punta Moreiras -la
entrada más cara cuesta 2 euros-, donde se exponen algunas de ellas y donde su
director, Joaquín González Escalante, puede ofrecer todo tipo de explicaciones.
Hace unos años, el entonces alcalde de O Grove, Miguel
Pérez, anunciaba la incorporación de nuevos elementos expositivos en las
antiguas naves salazoneras de Moreiras, y a modo de ejemplo citaba artes de
pesca que desde tiempos ancestrales fueron utilizadas en la ría, como la rapeta
o el bou de vara.
Ya aclaraba que es un arte actualmente prohibida que dio
paso a otras como el chinchorro y que se empleó para pescar especies como la
sardina.
Fuente: Faro de Vigo