martes, 13 de marzo de 2012

El inicio de la temporada de río en Galicia podría retrasarse



Este inusual invierno seco y soleado tiene una incidencia directa en los ríos, con un caudal a menos de la mitad de lo que es habitual en esta época del año. Esta circunstancia va a tener una incidencia directa en la temporada de pesca fluvial, que arranca oficialmente el próximo día 18. Los aficionados a este deporte no dudan en manifestar que será una de las peores de la historia, por lo que ya hay colectivos que verían bien retrasar su inicio. «Habría que estudiar otras opciones, pero somos pescadores y lo haríamos si no queda más remedio», señala el delegado de la Federación Galega de Pesca en Pontevedra, Manolo González Martínez, que sí cree que quizá haya que adelantar el cierre de la temporada, fijado para el 31 de agosto. «La cosa pinta mal», añade José Ramón Conde, el delegado de Ourense.


En Mazaricos (A Coruña), el pescador Ramón Paz se metía ayer con sus botas en el río Beba, afluente del Xallas, para demostrar que la poca agua que fluye no le cubre prácticamente ni los pies. Lleva metro y medio de agua menos que otros años.

Según los pescadores, si la situación no mejora, se corren varios riesgos. Por una parte, los ríos no se oxigenan como debieran porque el agua no fluye, y también se favorece el crecimiento de hierba y la formación de lodo en el fondo de los manantiales. Con ríos que prácticamente bajan secos, echar la caña se convierte en una difícil tarea, como manifiestan el ribeirense Miguel Rodríguez y el noiés Ricardo Outeiral. El primero, que lleva más de medio siglo dedicándose a este deporte, afirma: «La temporada será horrible». Rodríguez explica que no se podrá emplear cebo vivo y que la única alternativa será utilizar cucharilla o mosca.


José Ramón Blanco, presidente de la sociedad Verdeseixo, de Ponte Caldelas, cuyo coto está en el río Verdugo, asegura que hay tramos con apenas 40 centímetros de altura y con menos truchas. «Hace por lo menos diez años que no se veía este nivel», se queja Miguel González, presidente de la Sociedad Río Mandeo. Al norte, en el Eo, también mermado, les preocupan, además, las ramas, troncos y basura que hay en los cauces.


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