domingo, 8 de febrero de 2015

Investigadores portugueses del CCMAR secuencian genoma de la lubina








Un equipo internacional de investigadores, en el que participan científicos portugueses, ha logrado secuenciar el genoma de la lubina e identificar una base genética de adaptación a la salinidad y diferenciación de las poblaciones mediterráneas y atlánticas.

Investigadores del Centro de Ciencias del Mar (CCMAR) de la Universidade del Algarve, junto con científicos del Instituto de Biología Molecular Max Planck de Berlín, del Centro de Genómica de Colonia (Alemania) y de la Universidad de Montpellier (Francia), consiguieron secuenciar y decodificar el genoma de la lubina. Esto ha permitido conocer más datos sobre su pasado y determinar que las poblaciones del Atlántico y del Mediterráneo empezaron a separarse hace unos 270.000 años.

La lubina (Dicentrachus labrax) se distribuye por el noroeste Atlántico, el Mediterráneo y el Mar Negro, y es una de las especies más importantes en términos de valor para la pesca y la acuicultura. Se reproduce en el mar, por lo general, en la desembocadura de los ríos. Los juveniles ingresan en los ríos y lagunas costeras, y pueden tolerar salinidades que van casi desde agua dulce a agua hipersalina.

El genoma del lubina tiene 800 millones de pares de nucleótidos (las unidades más simples de ADN), alrededor de una cuarta parte del genoma humano, distribuidos en 24 cromosomas. El número total de genes se estima en 31.500, aproximadamente el 30 % del genoma humano.

El conocimiento del genoma, es decir, el conjunto de códigos introducidos en el ADN cromosómico de las células, que regula la formación y el funcionamiento de un individuo, es extremadamente valioso en muchas áreas del conocimiento, desde la medicina a la producción animal. Facilita, por ejemplo, el descubrimiento de las causas de ciertas condiciones, la aplicación de tecnologías de selección genética en la acuicultura, o la identificación de poblaciones pesqueras.

El equipo de endocrinología comparada y biología integrativa del CCMAR analizó la relación entre el genoma y su fisiología. Los investigadores descubrieron que en el genoma de la lubina hay varios grupos de genes con funciones relacionadas con el control del flujo de agua en el cuerpo, y que, en conjunto, su número es mayor que en otros peces, en especial en los que viven en forma permanente en agua dulce o salada.

Mientras que en el agua salada los peces tienden a perder agua, por lo que tienen que beber agua salada y excretar las sales, que son tóxicas, en el agua dulce sucede lo contrario. La abundancia de genes relacionados con la osmorregulación permite al lubina adaptarse rápidamente a medios con salinidades muy diferentes.

El estudio también mostró que la diferenciación de las poblaciones está muy ligada a las tasas de cambio de ADN que, junto con la lejanía, dictan la diversidad genética.

La disponibilidad de la secuencia del genoma del lubina es considerada un paso importante en el desarrollo de diversas tecnologías, como la selección genética, dado que puede ayudar a mejorar la productividad y la sostenibilidad de sus sistemas de producción.

Los resultados de esta investigación fueron publicados en la prestigiosa revista Nature Communications.




Fuente: Fis.com

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