domingo, 18 de septiembre de 2016

Pescan en Salamanca un hucho de 17 kilos





El pescador Manuel López Martín hizo historia el pasado mes de Julio al hacerse en el coto de Villagonzalo 2 con un salmón de 1,20 metros que pesó 17 kilogramos, el tercer ejemplar más grande de la historia de cuantos se han capturado en España.

Este ejemplar fue pescado con cucharilla y un hilo de 22 milímetros. López Martín empleó 30 minutos en la captura, que tuvo lugar a las 10:15 horas. En ese momento se encontraba solo y sin sacadera lo que hizo todavía más complicada la captura. “La lucha fue dura pero satisfactoria tras poder lograr este magnífico ejemplar de hucho que solo es posible encontrar en este río”, explicó el orgulloso pescador.







Fuente: Salamanca24horas

Los fraudes en la venta de pescado






Desde que la organización ecologista Oceana sacara los colores a los funcionarios de la mismísima Comisión de Pesca de la UE al revelar que en las cantinas de las instituciones comunitarias donde almorzaban les colaban panga o maruca por bacalao, y que en el supuesto sushi de atún rojo tragaban en realidad patudo o yellowfin, las cosas han cambiado mucho. El fraude en el pescado ha descendido notablemente en la Unión, según han comprobado los conservacionistas. En el 2011 un 23 % del pescado que se comercializaba en los Veintiocho estaba mal etiquetado, y ese ratio ha bajado al 8 % en el 2015. Oceana no duda de que detrás de esa reducción están los esfuerzos de la UE por reducir la pesca ilegal -como imponer un certificado de capturas en el caso de algunas especies- y las normativas para reforzar la trazabilidad.

Pero el problema continúa a nivel mundial. Oceana asegura que uno de cada cinco ejemplares está mal etiquetado, conclusión a la que ha llegado tras analizar 25.000 muestras en todo el planeta (también en Galicia) y revisar más de 200 estudios de 55 países realizados en todos los continentes a excepción de la Antártida. Los errores se han detectado en toda la cadena que va de la red al plato. No se salva ningún eslabón. Y si algunos engaños son inocentes, otros ya no lo son tanto. Se han encontrado equivocaciones -deliberadas o no, es otra cuestión- tanto en el comercio minorista como en el mayorista, en la distribución, en la importación, en la exportación, en el envasado e, incluso, en el desembarco. Estas son las claves de este fraude: Las económicas, a la cabeza. Que haya tantos pasos y poco transparentes entre el mar y la mesa es lo que, a juicio de Oceana, favorece las oportunidades para cometer fraude y alterar el etiquetado. Y si la mayor parte de las ocasiones esas prácticas ilícitas atentan contra el bolsillo -en un 65 %-, se han documentado casos en los que el remedo de trampantojo puede salir caro para la salud.

En EE. UU., por ejemplo, los estudios publicados desde el 2014 revelan que la media de fraude en el pescado es del 28 %. Pero lo peor es que la mitad de ese porcentaje -el 58 %, según la organización- se trataba de casos en los que pescado que figuraba en la etiqueta había sido sustituido por especies cuyo consumo era potencialmente peligroso para el consumidor.

En el país norteamericano el fraude está tan al orden del día que hasta una investigación estudiantil sobre 52 muestras concluyó que en 16 casos una especie más preciada había sido sustituida por otra de menor valor.

Panga. El «Mortadelo» del pescado. A la hora de hacer pasar un pescado por otro, el popular panga es de lo más recurrido, puede que por su débil sabor. Hasta con 18 disfraces han encontrado los de Oceana al Pangasius hypophthalmus, también conocido por pez gato. Y siempre camuflándolo por especies más caras en el mercado. Lo cuelan por bacalao, por merluza, por lenguado, por rosada... y hasta por escacho, a pesar de la escasa diferencia de precio con este último.

Mero. De común sustitución. El mero es otro ejemplar en el que suele darse el cambiazo. De 200 muestras analizadas, Oceana sostiene que el 82 % correspondían a otra especie que no era lo que en Galicia también se denomina cherna. En vez del preciado Polyprion americanus había en el plato perca... o de nuevo panga.

Merluza. «Tipical spanish». Con la merluza también es frecuente el fraude, un timo casi antropológico de España, donde Oceana ha constatado que en muchas ocasiones se hacen pasar los ejemplares sudafricanos -merluza del Cabo, como se conoce a la Merluccius capensis-, por los europeos Merluccius merlucius.

Caviar. El súmum del gato por liebre. Dado su alto precio y las dificultades para identificar su fuente, el caviar es de las especies más susceptibles al fraude. De 27 muestras adquiridas a varios vendedores del ámbito del mar Negro y el río Danubio, diez fueron identificados como algo distinto de lo que figuraba en la etiqueta. Y lo de algo porque en algunas muestras testadas no se encontró ADN de ningún animal. Es más, se desconoce de qué estaba hecho ese caviar.

Oceana se ha tomado la molestia de recopilar toda la información sobre fraude en el etiquetado con motivo de la cumbre Our Ocean, que se celebró hace dos días en Washington. Sale al hilo de que el mismo Obama había apuntado que, dada la situación crítica en que se encontraban 13 especies de peces, se hacía necesario reforzar las exigencias de trazabilidad. Los conservacionistas consideran muy pobre esa cifra y apuntan que esas exigencias deben extenderse a todas las especies y a toda la cadena de suministro, desde el barco hasta el plato.

Oceana está convencida de que eliminar el fraude es posible y recurre al ejemplo de la UE, donde la documentación de las capturas, la mejora de la trazabilidad y el etiquetado han conseguido reducir el fraude, una práctica que perjudica tanto al consumidor como a los pescadores legales.

Así, en el mapa interactivo en el que muestra el alcance del fraude, apunta que Santiago de Compostela es uno de los puntos en los que se detectó menos fraude. Según el comentario que figura sobre el icono de la capital gallega, el porcentaje de especies mal etiquetadas que encontraron fue del 3 %. En Vigo, sin embargo, ese ratio sube hasta el 14 %.

La organización también destaca que el principal fraude en Galicia se comete con la merluza, haciendo pasar por autóctona otras variedades como la del Cabo (Merluccius capensis), la argentina (hubbsi) o la chilena (chilensis).

Trampantojos que no son nada en comparación con el detectado el año pasado en Santa Monica, donde dos sushi man (chefs de sushi) fueron multados por hacer pasar carne de ballena, incluida una variedad en peligro de extinción, por atún rojo. El restaurante aún hoy sigue cerrado.


Fuente: La Voz de Galicia

sábado, 10 de septiembre de 2016

El «tsunami» de la basura sigue en el mar






El 10 de septiembre de 1996 era martes. «Un día de calor sofocante», recordaba José Nogueira, que estaba entonces estrenando el cargo de concejal de Seguridad Ciudadana. «Acababa de dejar a mis hijos en el colegio y recibí la llamada del jefe de la Policía Local diciendo que había ocurrido un accidente en el vertedero. Cogí el coche y, a medida que me iba acercando a la zona, empecé a ser consciente de que no se trataba de un accidente sin más, sino de una auténtica catástrofe». Hoy se cumplen 20 años desde que 200.000 metros cúbicos de tierra y basura formaban una enorme lengua que se desprendió desde el vertedero de Bens y rodó por la falda del monte San Pedro hasta inundar la ensenada de O Portiño. «Os plásticos aínda andan por aí por lo fondo», apunta uno de los marineros del lugar, mientras un experimentado buceador relata cómo la avalancha del vertedero cambió totalmente el fondo marino donde, confirma, están ahora los materiales que el tiempo y el mar no han podido destruir.


Otro de los marineros habla de la ola gigante, una especie de tsunami pero de tierra hacia el mar, que formó la basura al entrar en el océano. Todos ellos coinciden en la suerte de que a esa hora de la mañana había poca gente en la zona. La única víctima fue Joaquín Serantes, de 58 años, del que siempre se dijo que estaba lavando el coche, si bien uno de los marineros asegura que cuando pasó a su lado «estaba sentado en el coche leyendo el periódico; era lo que hacía casi siempre».


Cinco años después, el 1 de septiembre del 2000, el Ayuntamiento clausuró el basurero de Bens, tras la apertura de la planta de Nostián. Y un año más tarde, el 5 de junio, abría el parque de Bens con 600.000 metros cuadrados, de los que 200.000 correspondían al vertedero sellado.


Hoy, de 10.00 a 12.00 horas, Adega rememorará este aniversario, mientras que la concejala de Medio Ambiente, María García, recordaba ayer que trabaja en estrategias de residuo cero «para evitar traxedias como a que ocorreu hai 20 anos co derrubamento do vertedoiro de Bens».


La primera página de este diario recogía el 11 de septiembre de 1996 la noticia de la avalancha de basura que había arrasado O Portiño. Ese día, en el que era noticia que habría autopista entre Santiago y Ourense, aún existía el temor de que pudiera haber más víctimas del derrumbe, además de Joaquín Serantes, cuyo coche, con las llaves puestas, había aparecido en la tarde del día anterior. Su cuerpo nunca llegó a encontrarse a pesar del amplio dispositivo de búsqueda. La información recogía asimismo cómo la montaña de desperdicios había llegado hasta la altura del tejado del bar, cuya pared lateral había cedido a la presión y por ello la basura entró en el interior del local.


Entre las curiosidades se contaba que precisamente dentro del bar estaba el primer y único rescatado por los equipos de salvamento: uno de los cuatro perros que había en el establecimiento.


Entre los testimonios de lo ocurrido estaba la angustia de una vecina a la que su marido le había dicho aquella mañana que se iba a ir al embarcadero y cuando vio este cubierto de basura se temió lo peor. Afortunadamente el hombre no había bajado al puerto. De todos modos, la mujer recordaba lo que consideraba un aviso: «Hace dos años ya se desplomó una bola de tierra y fuego y hace unos meses la espuma nos inundó las casas».

Fuente: La Voz de Galicia

martes, 6 de septiembre de 2016

El monstruo marino escocés sale del anonimato






El esqueleto fosilizado de un monstruoso deprededador del Jurásico que vivió hace 170 millones en la escocesa Isla de Skye ha sido presentado este 5 de septiembre en Edimburgo.

Llamado el monstruo de los lagos Storr, el fósil del reptil marino de vida fue encontrado en 1966. Cincuenta años después del descubrimiento, los científicos de la Universidad de Edimburgo y los Museos Nacionales de Escocia están preparando un detallado estudio del mismo.

Ha sido identificado como procedente de una familia de animales extintos llamados ictiosaurios. Estos antiguos reptiles llegaban a unos cuatro metros de largo y tenían largas y puntiagudas cabezas llenas de cientos de dientes en forma de cono, que utilizaban para alimentarse de peces y calamares.

El monstruo de los lagos Storr es el esqueleto más completo de un reptil marino de la «era de los dinosaurios», que ha sido encontrado nunca en Escocia, dijeron los investigadores. Skye es uno de los pocos lugares en el mundo donde se pueden encontrar fósiles del Jurásico Medio.

El fósil fue descubierto en una playa cerca de la central eléctrica de Lochs Storr -loch en Escocia hace referenciaa un lago, aunque también puede ser un brazo de mar-, por el director de la instalación, Norrie Gillies, que murió en el 2011 a los 93 años. Ha sido conservado en las instalaciones de almacenamiento de los Museos Nacionales de Escocia durante 50 años.

Un equipo de paleontólogos de la Universidad y Museos Nacionales de Escocia van a realizar un examen detallado. Los científicos esperan que el estudio ayudará a aumentar la comprensión de cómo los ictiosaurios evolucionó durante el Período Jurásico Medio, informa la BBC.

Steve Brusatte, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Edimburgo, ha afirmado que «los ictiosaurios como el monstruo de los lagos Storr dominaba los mares, mientras que los dinosaurios reinaban en tierra.



Fuente: La Voz de Galicia

viernes, 2 de septiembre de 2016

Un vertido provoca la muerte de centenares de peces en el Anllóns






Un vertido provocó la muerte de centenares de truchas y bogas (escalos) en A Cepeira, en la parroquia carballesa de Sísamo.

Fue un agente facultativo de Medio Ambiente del Servizo de Conservación da Natureza el que se encontró con una gran cantidad de peces muertos en las inmediaciones de la depuradora de Carballo sobre las dos de la tarde de ayer.

De manera inmediata acudieron varios compañeros. Se pusieron a recoger todos los peces muertes que pudieron: al menos, medio millar de ejemplares, que sumaban unos 31 kilos. Eso sí, en el cauce quedaron numerosas piezas sin recoger debido a que fueron arrastradas por la corriente. Una parte importante de estos ejemplares llevaban ya varios días muertos. Presentaban diferentes grados de descomposición y desprendían un olor nauseabundo.



Fuente: La Voz de Galicia

jueves, 1 de septiembre de 2016

El Sar se seca en el centro de Padrón por la rotura de la presa del canal de derivación del río






El tramo del río Sar comprendido entre el puente viejo de Iria hasta el Paseo del Espolón de Padrón está casi seco. La causa principal no es la falta de lluvias, que también influye, sino la rotura de la presa del canal de derivación, tal y como alertan pescadores de la capital del Sar.

Desde hace un mes, aproximadamente, la presa está rota en dos puntos, por los que se escapa el agua del río hacia el canal con lo que, a día de hoy, tiene más nivel el cauce artificial que el natural cuando la marea está baja, como sucede esta semana por las mañanas.

Así, desde el puente viejo de Iria Flavia hasta el Paseo del Espolón, el Sar se seca y los pescadores hablan de un «desastre próximo», al quedar ese tramo del río sin agua y, por tanto, sin vida, a menos que nadie lo remedie. El colectivo de pescadores ya alertó a Medio Ambiente de la situación.

Así, uno de ellos cuenta que «en los próximos días volverá a quedar en seco el río Sar en su tramo del puente de Iria a al Espolón» y lo achaca a «la dejadez de Aguas de Galicia en reparar un agujero de la presa del canal».

Según explica este colectivo, todo ello es resultado de la deficiente reparación de una rotura en dicha presa, que el organismo de la Xunta realizó en su día para arreglar el muro del canal, que hace unos años ya provocó la muerte de la población piscícola de este tramo de río.

A pesar de que dicho problema estaba, según los pescadores, en conocimiento del Servicio de Conservación da Natureza y del Concello, «no se tomaron medidas para exigirle a Aguas de Galicia que realice obras para evitar el inminente daño ecológico» que, según este colectivo, se producirá si el agua del río no deja de escapar hacia el canal.

Muchos padroneses y convecinos achacan el bajo cauce del río Sar a la escasez de precipitaciones, pero si uno se sitúa en la presa del canal percibe claramente cómo el agua del río se escapa hacia el cauce artificial, en vez de seguir su recorrido natural hacia la desembocadura.



Fuente: La Voz de Galicia