El chantadino Antonio Varela, a la izquierda, se hizo con una buena pieza |
Hace tan solo 15 días salía una trucha de casi cuatro kilos que había pescado el chantadino Francisco Seijas en la ribeira de San Fiz, en Chantada. La captura era como para presumir, teniendo en cuenta las dimensiones del pez y la escasez de pesca de la que se quejan los pescadores y que este año atribuyen a la sequía.
Pero parece que los chantadinos le tienen tomada la medida a este tipo de truchas. Ayer, Antonio Varela, con la ayuda de su amigo Julio de Brigos, se hizo con otro ejemplar que no tiene nada que envidiar al anterior ejemplar. Eso sí, la captura le va a salir cara, porque entre la corriente y la fuerza con la que luchó por permanecer en el agua la trucha destrozaron el carrete con el que había salido a pescar.
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