miércoles, 2 de mayo de 2012

El coto de sinde arrasa (5 salmones), Ximonde ni se estrena


José Luis Guimarey pescó el salmón de mayor peso, con 8,1 kilos y tres o cuatro años de vida

La temporada del salmón se abrió ayer en el río Ulla con un campanu madrugador. Media Galicia dormía aprovechando el festivo. Manuel Rodríguez Buela, campeón gallego de surf casting (pesca con caña en el mar) en el año 2004, no. Antes de las ocho de la mañana se apostó en el coto de Sinde. Hizo dos lances desafortunados. Al tercero, cayó el primer salmón. «Foi chegar e bicar o santo», explica el pescador. Fue un ejemplar salvaje de casi seis kilos de peso. «Xa o disfrutei sacándoo do río, pero agora espero disfrutalo no plato, coa familia e cos amigos», comenta.

Por cuestiones de protección de la especie, la comercialización del salmón del Ulla está prohibida. Por el campanu de los ríos asturianos se pagan jugosas sumas. El del Ulla se lo queda quien lo doblega en el río.


"Campanu" del río Ulla

Manuel Rodríguez luchó apenas un cuarto de hora con el campanu antes de arrancarlo del agua. Fue un ejemplar fuerte y salvaje, sin el microchip que identifica a los peces de las campañas de repoblación. Él que ha tenido la suerte de probar otras veces el auténtico salmón del Ulla, asegura que el sabor no es comparable siquiera al del noruego de las pescaderías. «Como mellor sabe é á plancha», recomienda.

Manuel Rodríguez es de la parroquia de Reyes (Teo), en la ribera del Ulla. Por saturación de manueles -y por incongruencuias de la vida-, en su entorno lo conocen con el nombre de su padre: Sergio. Sergio se llama también su hijo. De él es la culpa de la adicción paterna a la pesca del salmón.

Es la historia al revés. Viviendo al pie del Ulla, Manuel Rodríguez no tiró la caña hasta los 48. «Foi o meu fillo, con 8 anos, o que me pediu que o levara ó río. Así empezamos os dous. Hai deso dez anos», cuenta. El capricho infantil se convirtió en pasión compartida. Ayer padre e hijo no pudieron competir. La demanda de permisos para el primer día de temporada se dispara y obliga a sortear los puestos. El joven se quedó sin él.


Sergio, a la derecha, con su ‘campanu’ y Guimarey, con el segundo salmón

Codo a codo con Manuel Rodríguez pescó, en cambio, su amigo José Luis Guimarey, «natural de Herbón e casado en Valga». Él fue el otro protagonista del arranque de temporada. No pescó el primer salmón, pero sí el más impresionante. Pesó 8,1 kilos. «Esto debe ser parecido a que che toque a lotería», declaró. Según el peso del animal, se calcula que el ejemplar podía tener entre tres y cuatro años de edad. Guimarey no tenía ayer claro cómo lo cocinará. "Se lo enseñaré a mi mujer. Yo soy pescador. Comerlo ya es otra cosa", dijo porque, para su gusto, el salmón es un "pescado muy fuerte".

Solo uno de ellos no logró ninguna captura al cabo del día. Los otros 5 pescaron los 5 primeros salmones de la temporada con cucharilla.

Además del campanu y del más pesado, ayer se pescaron otros tres ejemplares. Todos fueron salvajes y todos cayeron en el coto de Sinde con cucharilla. El afamado coto de Ximonde y el de Couso no escupieron ni un solo ejemplar.

El tercer salmón se pescaba a las 11.30 horas también en Sinde. El joven Pedro Toucedo Iglesias, de Vigo, capturaba un ejemplar salvaje de 5,793 kilos y 75,5 centímetros.

Los tres pescadores fueron felicitados por el director xeral de Conservación da Natureza, Ricardo García-Borregón, que tras visitar Ximonde y su pasarela colgante, en obras, se desplazó hasta Sinde.

El cuarto ejemplar caía a las 11.45 horas. Luis Moirón García de A Pontenova (Lugo) pescaba un salmón salvaje de 4.892 kilos y 76,5 centímetros. Estos cuatro primeros ejemplares picaron en la zona de la presa de Sinde, O Carballo. En la denominada playa de Sinde caía a las 17.25 horas el quinto. Lo pescó Joaquín Iglesias Álvarez, de 50 años y vecino de Vigo. Pesó 6,367 kilos y midió 83 centímetros.


Manuel Rodríguez Buela "Sergio", a primera hora de la mañana de ayer, con el "campanu" que capturó en el coto de Sinde

Con la apertura de la temporada de pesca en aguas salmoneras también se abrió el tramo del Deza que desemboca en el Ulla a la altura de Cira. Llevaba cerca de una década vedado para favorecer a las crías de salmón. Varias de ellas – "pintos"– picaron ayer en este ámbito y fueron devueltas al río. Ello motivó las protestas que los pescadores más concienciados le hicieron llegar a los agentes medioambientales, coincidiendo unos y otros en que el tramo debería seguir vedado.

Por lo demás, la jornada transcurrió con normalidad. Todos los deportistas que tenían un puesto adjudicado en los cotos salmoneros acudieron a pescar. En Ximonde había 4 cañas; en Couso, al que ayer muchos llamaban "el coto maldito" por sus escasas capturas, 6; y en Sinde, otras 6. Aunque el río traía caudal abundante tras las recientes lluvias, la claridad de las aguas dificultaba más que otros días las capturas.

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